También llamado síndrome de desgaste profesional, se da cuando existe un agotamiento extremo que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador, esto debido a la acumulación de estrés laboral. Afecta tanto a nivel físico, emocional y mental, provocando que la persona se sienta incapaz de continuar con sus actividades diarias de manera efectiva.
Los síntomas más comunes son: fatiga crónica, dificultades para concentrarse, actitudes cínicas o distantes hacia el trabajo y problemas de salud como insomnio y dolores físicos; en casos más graves, puede llevar a la hospitalización.
Cabe mencionar que el síndrome de burnout se refiere únicamente al agotamiento derivado del desempeño laboral, generalmente ocurre como consecuencia de tener que realizar mucho trabajo en poco tiempo o tener que realizar tareas que pueden generar angustia y sensaciones de culpa por no realizarlas correctamente. Este síndrome se caracteriza por ineficiencia laboral, fatiga e indiferencia; se ha observado con mayor frecuencia en personas entre los 30 y 40 años.
En un inicio este síndrome fue identificado en mayor medida en aquellas profesiones que están relacionadas con el trato al público y clientes, sin embargo, puede darse en cualquier ocupación sobre todo cuando existe una gran diferencia entre las expectativas laborales y la realidad de las tareas a las que se enfrentan día a día, o existe un ambiente laboral con exceso de tensión, y/o con relaciones laborales conflictivas.
El tratamiento para este síndrome consiste en disminuir la carga laboral, realizar actividades de esparcimiento y realizar actividad física. Es importante mencionar que aunque el agotamiento no es un diagnóstico médico, varios expertos piensan que detrás de esto hay otros trastornos, como la depresión por lo que el agotamiento puede aumentar el riesgo de depresión.
Samantha Aguilar