“Yo soy el dios poderoso, en el aire y en la tierra y en el ancho mar
undoso y en cuanto el abismo encierra en su báratro espantoso. Nunca conocí qué
es miedo; todo cuanto quiero puedo, aunque quiera lo imposible, y en todo lo
que es posible mando, quito, pongo y vedo.”
(Palabras de
Cupido en la obra Don Quijote de la Mancha)
Sin lugar
a dudas, es uno de los símbolos más representativos del amor pero ¿Quién es
Cupido?
Se le
representa como un niño alado (tal vez una especie de ángel), armado con arco y
flechas, las cuales al acertar en el blanco, ya sean Dioses o mortales,
provocan que caigan profundamente enamorados. En ocasiones, se le muestra con
lo ojos vendados como una especie de metáfora sobre el “amor ciego”; pero lo
anterior no responde a la pregunta… ¿Quién es Cupido?
Su
historia fue narrada de manera más completa por el escritor romano Lucio
Apuleyo (s. II d.C.), en su novela
"El asno de oro" también conocida con el nombre de "Las Metamorfosis".
En la antigua Grecia era conocido como Eros (Dios del amor), hijo de Afrodita (Diosa del amor, la belleza y
la fertilidad); para los romanos, Cupido es el Dios de amor hijo de Venus (Diosa
del amor) y de Marte (Dios de la
guerra).
Cuenta la
historia…
Cupido,
un joven pícaro, carismático y en ocasiones cruel ya que carecía de escrúpulos,
fungía como el ayudante de su madre y su principal misión consistía en dirigir el
amor y llevarlo a los mortales con ayuda de sus flechas, las cuales eran de dos
tipos: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo y
otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia.
Debido a su carácter, Cupido siempre se metía en problemas con los demás
Dioses ya que utilizaba sus flechas para hacer travesuras.
Pasó el
tiempo y a pesar de sus travesuras, Cupido cumplía con su deber lo cual
alegraba a su madre, pero al ver que su hijo no crecía Venus decidió consultar al
Oráculo de Temis, quien le dijo: "El amor no puede crecer sin pasión".
En un inició, Venus no comprendió lo que le decían pero todo se aclaró cuando
nació su otro hijo Anteros (Dios de
la pasión) ya que cuando sus dos hijos estaba juntos, Cupido crecía y se transformaba
en un hermoso joven, pero cuando se separaban, Cupido volvía a ser un niño.
Mientras
esto sucedía con los Dioses, en la tierra Psique
(Alma) tenía un serio problema ya que a pesar de ser extremadamente bella, no
conseguía marido debido a que los hombres no se sentían dignos de ella; fue por
ello que su padre decidió ir al Oráculo de
Delfos por una solución. El Oráculo le dijo que ella no estaba destinada a
ningún amante mortal, “porque el amor
del alma siempre es inmortal” por lo que encontraría el verdadero amor en
un precipicio y que su futuro marido se presentaría a ella como una serpiente
alada, terrible y poderosa.
Al ver la
belleza de la muchacha, Venus se puso muy celosa por lo que mandó a Cupido a
que hiciera que se enamorar del hombre más feo y vil de la tierra, su hijo muy
obediente partió a cumplir sus deseos.
Cupido se
encontró con Psique en el precipicio pero al verla, se enamoró perdidamente de
ella y se transformó en un apuesto joven, por lo que decidió llevarla a un
castillo muy lejano para casarse con ella con una única condición, debido a que
ella era mortal jamás y por ningún motivo podría verlo. Ella muy emocionada
aceptó ya que además de que por fin tendría el esposo que tanto había soñado,
estuvo segura al tocarlo y escuchar su dulce voz, de que Cupido no era un
monstruo.
Una vez
casados, Cupido la visitaba todas las noches y dejaba el castillo antes del
amanecer para así evitar que ella lo viera, pero después de un tiempo y convencida
por sus envidiosas hermanas, Psique decidió romper el trato y admirar a su
marido. Cuando ella lo vio, Cupido no tuvo más remedio que abandonarla no sin
antes decirle: “El Amor no puede vivir
sin confianza".
Psique
recorrió el mundo en busca de su amado y al no encontrarlo, desesperada fue al
templo de Venus a pedir su ayuda, la cual aún deseosa de destruirla, le puso varias
pruebas. En una ocasión la Diosa le entregó una pequeña caja y le ordenó que la
llevara al inframundo pero que por ninguna razón la abriera.
Fue así
como Psique comenzó el viaje, pero la curiosidad pudo más que ella y abrió la
caja, en cuanto lo hizo, cayó en un profundo sueño. Cupido al enterarse de su
desgracia, salió a buscarla y en cuanto la encontró retiró de ella ese sueño
mortal.
Al ver
los Dioses todo lo que habían hecho por su amor, decidieron convertir a Psique
en Diosa para que así los dos enamorados pudieran estar juntos.
Samantha Aguilar