Mejor
conocido como síndrome de Cotard y también
llamado delirio de negación o delirio nihilista, se trata de un
trastorno mental poco común en donde el
paciente cree estar muerto (literalmente
o en sentido figurado) que sus órganos sufren putrefacción o que se han
paralizado ya que no llevan a cabo sus funciones y/o que “simplemente” no
existe; en casos extremos, puede llegar a sufrir delirios de inmortalidad.
“No sentía placer por
nada… Perdí mi sentido del olfato y del gusto. No tenía sentido comer porque
estaba muerto. Era una pérdida de tiempo hablar porque nunca tenía nada que
decir”
(Graham, paciente con este síndrome)
Bautizado
en honor al neurólogo francés Jules
Cotard, quien en 1880 describió un caso de una paciente que negaba tanto la
existencia de Dios como del diablo, así como de diversas partes de su cuerpo y
llegó al punto de creer que estaba condenada por lo que no podría morir de una
muerte natural.
“Mademoiselle X
afirma que no tiene cerebro, ni nervios, ni pecho, ni estómago, ni intestinos;
que sólo posee la piel y los huesos de un cuerpo en descomposición. No tiene
alma, para ella Dios no existe y el Diablo tampoco. Dice que no tiene necesidad
de comer para vivir y que no puede morir naturalmente. Sólo dejará de existir
eternamente si es quemada. El fuego será su única salvación.”
(Jules Cotard)
Las
personas que sufren este síndrome, llegan a sufrir alucinaciones olfativas (olores desagradables), alucinaciones visuales al verse con
forma de cadáver e incluso pueden llegar a afirmar que tienen gusanos
deslizándose sobre su piel; todo esto confirmando su idea de que están muertos.
No
fue hasta 1995 que se realizó una clasificación clínica, dividiendo así el
síndrome en 3 tipos:
Tipo 1.- Incluye una depresión
psicótica, caracterizada por ansiedad, delirios melancólicos de culpa y
alucinaciones auditivas.
Tipo 2.- Conocido como síndrome de Cotard tipo I, fue asociado
con delirios hipocondríacos y nihilistas, pero con ausencia de episodios
depresivos.
Tipo 3.- Llamado síndrome de Cotard tipo II, el paciente
presenta ansiedad, depresión, alucinaciones auditivas, delirios de
inmortalidad, delirios nihilistas y comportamiento suicida.
Samantha Aguilar