Que levante la mano quien nunca ha llorado picando una cebolla… Y es que si es verdad que científicamente aún no se logrado explicar al 100% por qué lloramos (Leer más), es prácticamente imposible no hacerlo cuando cortamos cebolla pero ¿por qué?
Resulta que la cebolla es un vegetal que absorbe azufre del suelo donde está cultivada por lo que al cortarla, se rompen sus moléculas provocando que sus componentes se evaporen y se dispersen en el ambiente. Específicamente son los aminoácidos sulfóxidos los que se convierten en gas de azufre y que al entrar en contacto con el ojo, produce irritación y lagrimeo.
En pocas palabras, lo que sucede es que cuando cortamos cebolla provocamos que libere el azufre que contiene por lo que nuestro sistema ocular se protege del ácido sulfúrico para evitar un daño mayor para los ojos.
Es imposible evitar que las cebollas liberen su ácido al ser cortadas pero para reducir el ardor y el lagrimeo se recomienda utilizar un cuchillo bien afilado ya que cuanto más limpio sea el corte, menor será la cantidad de azufre que se vaporice en el aire. Uno de los métodos más eficaces es meter la cebolla en el congelador unos 15-20 minutos antes de cortarla, esto debido a que el frío inhibe la liberación de los compuestos sulfurados que causan la irritación ocular.
DATO CURIOSO: En Japón han diseñado una cebolla a prueba de lágrimas, sin embargo su sabor es distinto.
Samantha Aguilar
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