Sin temor a equivocarme podría asegurar que todos, al menos una vez en la vida, hemos experimentado el llamado “mal del puerco”, esa sensación de pesadez y cansancio, acompañado de una gran necesidad de dormir. Si alguna vez te has preguntado por qué sucede esto, a continuación te lo explicaré.
De acuerdo con Mónica Méndez Díaz, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, esto ocurre cuando hacemos una comida abundante provocando que se eleve la cantidad de glucosa que tenemos en la sangre.
Anteriormente se creía que esta sensación se producía debido a que toda la sangre que teníamos en el cuerpo se dirigía al sistema digestivo, para así facilitar la absorción de los nutrientes; sin embargo, ahora sabemos que esto se trata de un mito.
Al realizar el acto de comer, la glucosa que está en la sangre se va hacia el sistema nervioso que inhibe la actividad de células que tenemos en el cerebro, el llamado hipotálamo lateral. Ahí, existen unas neuronas llamadas orexinérgicas, las cuales debido a la presencia de glucosa en la sangre dejan de liberar su neurotransmisor, la hipocretina, la cual es la responsable del estado de vigilia.
Su terminación médica es somnolencia postpandrial y básicamente se refiere a la alteración de los componentes químicos de la sangre que provocan una disminución del estado de vigilia provocando la necesidad de quedarse dormido.
Samantha Aguilar
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