El dolor es una señal de nuestro cuerpo, de nuestro sistema nervioso, que nos avisa de que algo no va bien; es un dato totalmente subjetivo, ya que las personas difieren no solo en su habilidad para detectar, tolerar y responder al dolor, sino que también cambia la forma en que lo sienten y en cómo responden a los diferentes tratamientos y es precisamente aquí donde entra en juego nuestro umbral del dolor.
El umbral del dolor se define como la intensidad mínima a partir de la cual un estímulo se considera doloroso, es decir, la intensidad mínima de un estímulo que despierta la sensación del dolor. No hay que confundirlo con la tolerancia al dolor, que es la intensidad máxima de dolor que somos capaces de soportar.
Normalmente se dice que un umbral alto tolera mejor el dolor mientras un umbral bajo de dolor se define como aquella persona que no “aguanta” bien el dolor.
No existe ninguna prueba objetiva única que sirva para medir el dolor ya que ante un mismo dolor, por muy común que sea, no hay 2 pacientes que lo sientan y valoren de la misma manera por lo que normalmente los médicos te piden que valores la intensidad de dolor en una escala de 0 a 10 en donde 0 es la ausencia de dolor y el 10 un dolor insoportable.
Samantha Aguilar
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