Las brújulas son algunas de las herramientas de navegación más
antiguas de la historia ya que se trata de un objeto crucial para realizar
cálculos de navegación en largas distancias.
Las brújulas detectan los campos
magnéticos naturales de la Tierra, debido a que nuestro planeta
tiene un núcleo de hierro que es parte líquido y parte sólido, se cree que el
movimiento del líquido del núcleo es lo que produce el campo magnético el cual,
tiene 2 polos principales: un Polo Norte y un Polo Sur.
A pesar de que estos polos magnéticos están un poco fuera del eje de
rotación de la Tierra, están lo suficientemente cerca como para que puedan ser
utilizados para la navegación.
Básicamente una brújula es un imán liviano (generalmente una aguja
magnetizada) en un eje central de rotación libre, lo que le permite reaccionar
de la mejor manera ante los campos magnéticos cercanos. En este punto hay que
recordar la regla física “los
opuestos se atraen”, por lo que el polo sur de la aguja es atraído por el
polo norte de la Tierra; lo que les permite a los navegadores saber cuál
es el norte.
Es importante tener en cuenta que el Norte magnético es distinto del Norte geográfico, precisamente a esta diferencia se le conoce como declinación magnética, la cual varia
dependiendo de tu ubicación en la Tierra además de que debido a que el Polo Norte magnético siempre está
cambiando de lugar, la declinación cambia cada año por lo que siempre es
necesario ajustar tu brújula con ayuda de un mapa actualizado de declinación.
“No importa en qué lugar te encuentres de la Tierra, si sujetas una
brújula en tu mano te marcará dónde se sitúa el polo norte.”
(Anónimo)
Samantha Aguilar
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