¿Alguna vez te has quedado atascado en el tráfico gracias al cruce de un tren? ¿Has viajado por uno de estos tipos de transporte en tu ciudad u otra al visitarla?
Los trenes han sido un modo de transporte muy útil desde su invención, desde para llevar carga material hasta ser un transporte de animales de ganado y a la vez personas. Funcionando a través de una serie de raíles que son las que definen el recorrido de estas máquinas impulsadas por locomotoras tienen algo en común en sus ruedas que los diferencian de un vehículo común de carretera… sus ruedas.
Pero, qué hace estas de estas ruedas sean más interesantes o necesariamente diferentes a las de un automóvil, por ejemplo:
Un neumático es una simple rueda de una superficie plana en la llanta, lo que da soporte al automóvil y libertad de movimiento en cualquier superficie (mayormente plana) pero los trenes, en cambio, tienen una rueda diferente en forma de cono, donde mientras esté más al exterior es más chico el diámetro mientras que para dentro de los raíles estas se agrandan exponencialmente. Pero, ¿por qué es así?
Se les denomina “ruedas cónicas con eje fijo”, no siendo totalmente planas para evitar un posible descarrilamiento, pero tampoco tan flexibles para que la gravedad actúe demasiado en estas. Dejando así el tipo de rueda de cónico con eje fijo en un balance de estas dos, dando una inclinación suficiente para que aún a una velocidad alta (pero claramente no tan alta) este no se descarrile fácilmente, ayudando a su agilidad de movimiento sin que salgan de su posición.
Pablo Quintanar
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