Cuenta la leyenda que en tiempo de la conquista, una mujer indígena se enamoró de un español con quien tuvo 3 hijos sin embargo él nunca aceptó su relación abiertamente.
Cuando el joven decide
casarse con una dama española de alta sociedad, la mujer indígena, en un acto
de desesperación, asesina a sus hijos ahogándolos en el rió de Texcoco. Al
darse cuenta de lo hecho, se quita la vida.
Desde ese día se escuchan
los lamentos de la madre quien llama a sus hijos de forma desesperada. Se dice que
aún hoy en día, se puede verla deambulando por la Ciudad de México vestida de
blanco y con un velo cubriéndole el rostro.
"La
hora avanzada de la noche, el silencio y la soledad de las calles y plazas, el
traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo
penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra
de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y
no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto
de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y
fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga
distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla
desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no
pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a
dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."
(Dr. José María Marroquí)
La tradición de La Llorona
tiene sus raíces en la mitología prehispánica, se trata de algunas deidades
como: Auicanime entre los purépechas,
Xonaxi Queculla entre los zapotecos,
la Cihuacóatl
entre los aztecas y la Xtabay entre
los mayas.
Una versión sostiene que antes
de la conquista española, la Diosa azteca Chihuacóatl,
protectora de la raza, comenzó a aparecerse sobre el lago de Texcoco gritando: "Ay,
mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?", esto
para anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de
Oriente.
También se dice que una
vez que se realizó la conquista, se escuchaban gritos de mujeres llorando “¡Oh,
hijos míos!, ¿dónde os llevaré para que no os acabéis de perder?"
Una de las versiones de
esta leyenda dice que es la Malinche,
Doña María la joven azteca que se convirtió en amante de Hernán Cortés, quien
llora desconsoladamente por haber traicionada a su sangre al ayudar a los
españoles. Otra cuenta que La Llorona es una joven que murió días antes de
contraer matrimonio.
A pesar del gran número de
versiones existentes de esta leyenda, los hechos principales son siempre los
mismos… Una mujer de blanco que se aparece y llora desconsoladamente.
Samantha Aguilar
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