Un diamante está compuesto por carbono
puro cristalizado y una de sus principales características es su
dureza, de allí precisamente proviene su nombre ya que etimológicamente la
palabra diamante significa inalterable.
Cada diamante es definido por su pureza, su
tamaño, su color y su peso. Cabe mencionar que la unidad de medida que se
utiliza para las piedras preciosas es el quilate, el cual equivale
a 0,20 gramos de peso.
A lo largo de la historia, muchos diamantes
han sido motivo de interés y fascinación, pero sin lugar a dudas uno de los
diamantes más famosos de la historia es el Beau
Sancy…
Con un peso de 34,98 quilates y tallado en
forma de pera, su verdadero valor no reside ni en su pureza, ni en su tamaño, ni
en su color y ni en su peso sino en sus 400 años de historia durante los
cuales, ha pertenecido a 4 casas reales.
Adquirido en la segunda mitad del siglo XVI en
Constantinopla por Nicolas Harlay de
Sancy, quién lo vendió al Enrique IV,
rey de Francia quien a su vez lo adquirió como regalo para su esposa María de Médicis, quien lo utilizó en
1610 en la ceremonia de su coronación.
Tras el asesinato de Enrique IV, María tuvo
que vender la piedra para poder pagar sus deudas fue así como llegó a los Países
Bajos en 1641, luego llegó a Inglaterra
y finalmente en 1702 pasó a ser el ornamento principal de la corona de Federico I de Prusia.
Perteneció a la colección
de la Casa de Prusia hasta el 2012, año en que la casa de subastas Sotheby's la puso en venta, alcanzado el
precio de 9,7 millones de dólares.
Samantha
Aguilar
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