Datada entre los siglos VI y VII a.C., se trata de una tablilla cuneiforme grabada en barro de hace más de 3.000 años de antigüedad y es considerado el mapa más antiguo del mundo. En ella aparece representada una vista aérea de la Mesopotamia del siglo VI a.C.
Descubierto en 1881 por el arqueólogo Hormuzd Rassan en una zona cercana a Bagdad, la tablilla de la cual faltaba una pieza para que estuviera completa, ofrece una visión de lo que los babilonios creían sobre el mundo en dicha época. Hubo que esperar casi un siglo hasta que el arqueólogo Irving Finkel encontrara otra parte de la tablilla lo que ha permitido completarla e interpretarla.
Gracias al descubrimiento de la pieza faltante, se pudo aclarar un poco el misterio que rodea el mapa ya que en esta pieza hay una serie de párrafos en los que se describe la creación de la Tierra y lo que se creía que había más allá de ella. Otro misterio es que en la inscripción cuneiforme se puede leer claramente que en realidad es una copia de un mapa aún más antiguo de la región, uno que se ha perdido en el tiempo.
El mapa muestra la perspectiva babilónica de la tierra y los cielos colocando a la ciudad de Babilonia en el centro del mapa; alrededor de ella se encuentran 7 ciudades y 7 islas, rodeadas por 2 círculos que representan cuerpos de agua. La escritura cuneiforme en la parte superior de la tableta etiqueta cada ubicación. Lo intrigante es que el mapa no solo representa las tierras que conocían, sino que también incluye detalles de su mitología y creencias sobre los confines del mundo.
Actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres y tiene unas medidas de 12.2×8.2 cm y una escala menor que cualquier mapa anteriormente conocido. Se lo llamó Imago Mundi (“la imagen del mundo”) ya que representa el mundo tal y como lo veían los babilonios, por lo que también se lo conoce como “El Mapa Babilonio del Mundo”.
Samantha Aguilar
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