Se trata de un río de 25 m de ancho, 6 m de profundidad y 6,4 km de
longitud que se encuentra en lo profundo de la selva amazónica, en Mayantuyacu,
Perú, y que se caracteriza por las altas temperaturas que alcanza (oscila entre
los 50º y 90º centígrados); es decir, lo suficientemente caliente para
causar quemaduras de tercer grado en cuestión de segundos.
Bautizado por los lugareños como Shanay-timpishka,
el cual traducido significa “hervido con
el calor del sol”, a diferencia de otros ríos termales no hay ningún volcán
cercano en la región por lo que la razón de las altas temperaturas fueron un
misterio durante varios años; de hecho, no fue hasta el 2011 que se “descubrió”
ralamente este río ya que antes era considerado como un mito.
El científico local André Ruzo
había oído la leyenda, pero jamás lo había visto, por lo que decidió
buscarlo para estudiarlo. Consultó distintos expertos pero la respuesta siempre
fue que era imposible que existiera algo así sin embargo, tocando el tema en una
cena familiar resultó que una de sus tías lo conocía e incluso había nadado allí.
Fue así como en el 2011, se adentró en el Amazonas en su búsqueda con
su tía como guía. Al llegar inmediatamente metió un termómetro en su agua y se
sorprendió al ver que estaba a 86ºC y con autorización del chaman del lugar, inició
sus estudios.
Después de 5 años, en el 2016 André
Ruzo aseguró que estas aguas termales se deben a que son alimentadas por
fallas y que cuanto más profundo entra el agua en la Tierra, más se calienta.
Samantha Aguilar
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