Se
trata de la primera exposición individual de los artistas británicos Tim Noble (1966) y Sue Webster (1967), quienes llevan más de 17 años trabajando juntos,
y que se llevó acabo en Londres en el 2006. Estos artistas se especializan en
crear esculturas que desafían no sólo al ojo sino al entendimiento.
Al
entrar en contacto por primera vez con su exposición, pareciera que se trata de
una simple pila de basura colocada al azar y es que, aunque en el arte moderno
todo, absolutamente todo puede ser considerado arte, resulta complicado sino
imposible encontrar este término en esta “torre” de desechos.
Pero,
en cuanto se apagan las luces y las pilas son iluminadas en el ángulo correcto,
la magia ocurre ya que se proyecta una sombra en la pared del fondo que devela
la verdadera escultura. Es así como nos damos cuenta que esa “torre” de
desechos no está puesta al azar sino que al contrario, cada parte, cada mínimo
detalle está pensado y cuidado a la perfección.
Es
precisamente este juego entre lo feo y lo bello, la luz y la sombra lo que hace de esta
exposición algo único ya que es esta dualidad lo que logra que las esculturas
existan. De alguna forma, su arte nos recuerda al Mito de la caverna de Platón:
Narra la existencia de unos hombres quienes
desde su nacimiento se atados en el
interior de una oscura caverna, siendo prisioneros de la oscuridad y lo único
que logran ver son sombras proyectadas por un fuego encendido detrás de ellos.
Lo
que esta exposición nos demuestra es que en definitiva, las apariencias
engañan.
Samantha Aguilar
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