miércoles, 6 de agosto de 2014

EL MISTERIO DE LA MONA LISA


Mirada de reojo, labios finos, cejas y pestañas ausentes, manos grandes, sonrisa indescriptible, paisaje lleno de sombras y colores indefinidos…

Pintado por Leonardo Da Vinci de 1503 a 1506, La Mona Lisa es considerado el retrato más famoso de todos los tiempos y es reconocido como ícono cultural; y a pesar de su medio siglo de vida, aún existen muchas incógnitas a su alrededor pero sin duda la misteriosa sonrisa, es lo que más nos intriga.

Hay personas que se preguntarán por qué tanto alboroto por un retrato. Seguramente, muchos sólo ven a una mujer posando sonriendo tímidamente, una imagen sencilla en cuanto a contenido y no encuentran nada de espectacular en ella y mucho menos una razón para hacerse tantas preguntas. Pero si tenemos en cuenta las suposiciones sobre la identidad de la mujer y la creencia de que Da Vinci introducía mensajes ocultos en sus obras, podremos comprender la razón por la esta imagen cautiva con tan sólo mirarla.

Investigaciones recientes han revelado que la “misteriosa sonrisa” es un efecto óptico; ha decir verdad, es una ilusión que aparece y desaparece debido a la manera peculiar en que el ojo humano procesa las imágenes. Leonardo logró que al mirarla directamente, la sonrisa desaparezca y sólo aparezca cuando nuestra vista se enfoca en otras partes del cuadro.

Esta nueva teoría se basa en el hecho de que el ojo humano tiene una visión central, la cual sirve para reconocer los detalles, y otra periférica, que es menos precisa pero reconoce mejor las sombras.

“ Da Vinci pintó la sonrisa de la Mona Lisa usando unas sombras que vemos mucho mejor con nuestra visión periférica."
(Margaret Livingstone, profesora en la Universidad de Harvard)

Por esta razón, si queremos ver sonreír a la Gioconda no debemos de ver directamente su labios sino a cualquier otra parte para que así, éstos queden en el campo de visión periférica.

A pesar de que muchos afirman que el misterio de esta obra reside en la sonrisa, otros aseguran que el secreto se encuentra en sus ojos. La verdad es que eso no tiene importancia, lo realmente relevante es el magnífico trabajo que logró Leonardo trascendiendo en la historia con un retrato más allá de nuestra imaginación.

Si La Mona Lisa hubiese sido la única pintura hecha por Da Vinci, aún así seguiríamos llamándolo genio.


Samantha Aguilar

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