Llega octubre y en México, el ambiente comienza a oler a cempaxúchitl a muerte, y es que el Día de muertos (https://ahorasesam.blogspot.com/2014/10/dia-de-muertos-origenes.html) se aproxima y con ello, llega una de las tradiciones más deliciosas y sin lugar a dudas uno de los platillos mexicanos típico… El pan de muerto.
El origen de este delicioso pan se remonta a la época de la Conquista, cuando aún se practicaban los sacrificios humanos. Después de ofrecer en sacrificio a una princesa azteca, se ponía su corazón latente en una olla con amaranto para consumirse en señal de agradecimiento. Los españoles al encontrar esta práctica tan violenta sugirieron que se preparara un pan de trigo cubierto de azúcar roja, que sirviera para simular el corazón de las doncellas.
Existe otra versión relatada en las crónicas del fray Bernardino de Sahagún que cuenta que los antepasados realizaban una ofrenda similar a la actual dedicada a la Diosa Cihuapipiltin, para las mujeres que morían durante el primer parto. Por eso les hacían regalos que eran "panes" en figuras de mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y "pan ázimo" que era un pan de maíz seco y tostado. Este pan se le llamaba "papalotlaxcalli" o pan de mariposa que era exclusivo de esta ceremonia.
Fue así como surgió el pan de muerto, el cual a lo largo de los años se ha ido modificando hasta el que conocemos hoy en día. El círculo del centro simboliza el cráneo del difunto y las tiras realzadas simulan los huesos. Según la región, se tienen distintas costumbres para elaborarlo.
Sin lugar a dudas, el pan de muerto es un reflejo de la fusión entre dos mundos, el prehispánico y el español.
Samantha Aguilar
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