viernes, 8 de octubre de 2021

LA ZONA DE LA MUERTE EN EL EVEREST

El monte Everest ubicado en la cordillera del Himalaya en el continente asiático marcando la frontera entre China y Nepal, es el punto más alto de la Tierra con una altitud de 8848 metros sobre el nivel del mar; razón por la cual escalarlo es considerado un gran logro que sólo pocos han conseguido.

Fue en 1953 cuando Edmund Hillary junto con su guía Tenzing Norgay lograron conquistar la montaña, convirtiéndose así en los primeros seres humanos en conseguirlo. Desde entonces se cree que más de 280 personas han perdido la vida en el intento. De hecho, desde 2010 han muerto 72 personas de las 7.954 que han ascendido desde el campamento base.

Conquistar el Everest requiere de varias etapas y sin lugar a dudas la más peligrosa de todas es la llamada zona de la muerte que es el trayecto final del ascenso (1200 metros). En esta etapa el oxígeno escasea (30% menos de lo normal) y los vientos llegan a alcanzar hasta los 285 km/h; por lo que subir por esta ruta sin oxígeno es un suicidio pero además la temperatura oscila de entre los -36°C hasta los -60°C.

Estas circunstancias pueden hacer que los escaladores lleguen a morir en su intento por llegar a la cima, siendo el congelamiento, paros cardiacos, edemas cerebrales y falta de oxígeno, algunas de las causas.

Antes se pensaba que lo mejor era pasar la noche lo más cerca posible de la cima, descansar para que al otro día realizar el esfuerzo final, sin embargo lo que no se sabía era que, a esa altitud, el sueño daba paso a la muerte. Ahora se duerme a mucha menos altura para luego ascender el último tramo a toda velocidad; de hecho se aconseja que los últimos 900 metros se suban en 10 o 12 horas, pues de hacerlo en un mayor tiempo podría causarles la muerte.

Samantha Aguilar

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