Aaron Hernández pasó de ser estrella de los Patriots de Nueva Inglaterra a ser condenado a cadena perpetua por el asesinato de su amigo Odin Lloyd, quien también era jugador de fútbol americano.
El cuerpo de Lloyd apareció con 4 heridas de balas, abandonado en cerca de la casa de Hernández la madrugada del 17 de junio de 2013. En 2015, Hernández fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Lloyd; pero además gracias a las investigaciones sobre este asesinato, la policía descubrió la implicación del jugador en otras las muertes de Safiro Furtado y Daniel de Abreu, tiroteados a las puertas de una discoteca en julio de 2012, su error, haber derramado por accidente su bebida en la persona equivocada.
En 2017, contra todo pronóstico fue absuelto por un jurado de los asesinatos de Safiro y Daniel por lo que Hernández seguiría en la cárcel sólo por el asesinato de Lloyd. Sin embargo, 5 días después de ser exonerado, Hernández se ahorcó en su celda con una sábana; tenía tan solo 27 años.
Un día después de que Aaron Hernandez se suicidara en la cárcel, su cerebro fue trasladado al hospital de la Universidad de Boston con la finalidad de obtener mayor información respecto su extraño comportamiento. El resultado fue conciso, su cerebro presentaba síntomas de una grave enfermedad: encefalopatía traumática crónica (ETC), una condición degenerativa inducida por repetidos golpes en la cabeza que causa trastornos en el comportamiento.
Agresividad, depresión y falta de control emocional, además de problemas cognitivos como pérdida de la memoria y demencia, están relacionados a esta condición. En su caso, se demostró que su cerebro tenía un deterioro inusualmente extenso en los lóbulos frontales, que son claves para el juicio y la toma de decisiones.
Aunque aún se desconoce el motivo que lo llevó a cometer el asesinato, el ETC sufrido por la estrella de americano puede ser una de las piezas fundamentales del rompecabezas para entender el por qué lo hizo.
Samantha Aguilar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario