MARAVILLAS
DEL MUNDO ANTIGUO
Tras la
muerte de Alejandro Magno (356-323),
el Imperio Magno se dividió. Ptolomeo I
quedó al mando de la isla de Rodas y
Egipto lo que ocasionó el disgusto
de Antígono I por lo que en el año 305 a.C. mandó a su hijo Demetrio junto con su ejército a apoderarse de Rodas, sin embargo
Ptolomeo resultó vencedor obligando a sus adversarios a huir dejando sus
posesiones atrás.
Tras la
victoria, el pueblo de Rodas decidió celebrar construyendo una escultura, de
gigantes proporciones, de Helios
(Dios del Sol) utilizando las pertenencias dejadas por el ejército de Demetrio.
Se decidió construir la estatua junto al puerto, que se erigiría sobre una
plataforma de mármol, que se usaría hierro para el esqueleto el cual después se
cubriría de bronce y que la altura total sería de 50 metros. Tras 12 años de
trabajo bajo el mando del escultor griego Cares
de Lindos, finalmente la escultura se terminó en el año 282 a.C., y desde
un inicio fue conocida como el Coloso de
Rodas.
El Coloso representaba a un joven atlético,
tal vez parecido físicamente a Alejandro
Magno. El interior de la escultura estaba hueca por lo que para mantenerla
de pie, la rellenaron de piedras hasta la cintura y en la parte superior había
una escalera que conducía hasta la torre de fuego, ubicada en la cabeza.
Se dice
que durante la noche se prendía la torre, la cual servía como guía a los
navegantes y además que durante años, miles de turistas viajaron a la isla sólo
para ver de cerca la impresionante escultura, ya que aunque era posible
divisarla desde varios kilómetros de distancia, nada se comparaba con admirarla
de cerca y mucho menos, entrar a la ciudad atravesando sus enormes piernas.
En el año
226 a.C. un terremoto azotó la isla ocasionando graves daños pero sin lugar a
dudas el más significativo fue el derrumbe del Coloso. Ante esta desgracia, Ptolomeo III propuso reconstruirlo sin
embargo al consultar al oráculo,
desistieron de estos planes ya que se les informó que el mismo Helios había ocasionado el terremoto
con la finalidad de destruir la escultura debido a que la consideraba una gran
ofensa.
Durante
años, los restos quedaron intactos justo en el lugar donde habían caído por lo
que los turistas no disminuyeron ya que seguía siendo sorprendente ver al
Coloso. No fue hasta el año 654 d.C., que los musulmanes se apoderaron de los
restos de la estatua, los cuales fueron vendidos a un judío y desde entonces no
se tienen registro alguno de ellos.
En muchas
de las imágenes que existen en la actualidad de esta escultura, se ve a Helios
de pie en la entrada del puerto con las piernas abiertas; sin embargo, varios
estudios estructurales demuestran que debido a las proporciones y al material
utilizado, esto no fue posible ya que hubiera colapsado debido al peso.
Fue así
como despareció en su totalidad el majestuoso Coloso de Rodas, el mismo que asombró al mundo entero durante más
de medio siglo.
“Pero de todos el más admirado fue el Coloso del Sol, en Rodas, hecho por
Cares el Lindio, alumno del Lisipo. Esta estatua medía 70 codos de altura.
Después de 66 años un terremoto la postró, pero incluso yacente es un milagro.
Pocos el pulgar pueden abarcar con los brazos, sus dedos eran más grandes que
la mayoría de las estatuas que tenían marfil. El vacío de sus miembros rotos se
asemeja a grandes cavernas. En el interior se ven magnas rocas, con cuyo peso
habían estabilizado su constitución. Doce años tardaron en terminarla y costó
300 talentos, que se consiguieron de las máquinas de guerra abandonadas por el
rey Demetrio en el asedio de Rodas.”
(Plinio el Viejo, Historia natural)
Samantha
Aguilar