martes, 20 de enero de 2015

LA RUEDA

INSTRUMENTOS DE TORTURA



Desde el principio de los tiempos, el ser humanos ha mostrado una increíble creatividad en la invención de un gran número de instrumentos para infligir dolor y/o la muerte … Uno de ellos es La Rueda.

Sin lugar a dudas, la rueda ha sido uno de los inventos más significativos en la historia de la humanidad ya que cambió drásticamente nuestra forma de vida ya que actualmente casi cualquier máquina posee por lo menos una de ellas; sin embargo, durante la Edad Media las personas le encontraron un uso siniestro como una máquina de tortura.

Se trataba básicamente de un rueda de grandes dimensiones en donde era sujetada la víctima, debajo de él se prendía una enorme fogata y se hacía rodar la rueda durante horas hasta que el sujeto quedaba literalmente cocinado.

Lamentablemente, ésta no fue la única manera en que se usó este instrumento con estos terribles fines…

Durante la Época Medieval, fue utilizada para lograr una confesión de los acusados de herejía. Totalmente desnudo, el “condenado” era amarrado de pies y manos sobre una rueda y cuando el verdugo la hacía girar, sus huesos se iban rompiendo lentamente pero además, en la parte inferior de la rueda colocaban metales incandescentes o cuchillas, produciéndole así graves quemaduras y grandes cortes.

LA RUEDA PARA DESPEDAZAR

Fue la máquina de tortura preferida en Alemania durante el siglo XVIII y funcionaba de la siguiente manera: el condenado, completamente desnudo, era colocado boca arriba en el suelo y sus miembros eran estirados al máximo antes de ser amarrados a unas estacas, luego se colocaban trozos de madera debajo de la cadera, los codos, las muñecas y las rodillas; era entonces cuando el verdugo podía entrar en acción golpeando fuertemente cada uno de sus huesos, eso sí, sin que ninguno de ellos fuera mortal. Cuando terminaban de romper casi todos sus huesos, la víctima era desatada y sus miembros eran atorado entre los radios de una rueda, la cual era alzada dejando al sujeto a la merced tanto de los cuervos como de otros animales quienes lentamente lo llevaban a su muerte al irse alimentando de él.

Otra versión de este método consistía en amarrar a la víctima sobre una gran rueda, luego los verdugos atestaban fuertes golpes sobre él y finalmente era abandonado para servir de alimento a los animales cuando aún seguía con vida. 

LA GRAN RUEDA

Dos ruedas de carruajes eran tapadas con tablas, creando así un cilindro. El sujeto era amarrado a él y era lanzado desde la cima de una colina. Mientras rodaba el cilindro, su velocidad aumentaba, llegando a producir una fuerza como la de un choque de auto a 200 km/h.


Samantha Aguilar

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