domingo, 8 de marzo de 2015

LA LEYENDA DEL MINOTAURO


Minos, rey de Creta, pidió ayuda a Poseidón, el cual hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual el rey prometió sacrificar en su nombre, sin embargo, el rey quedó maravillado por el animal y se rehusó a matarlo. El Dios, al ver la promesa no cumplida, se llenó de ira y furioso decidió vengarse, haciendo que en Pasifae, la esposa de Minos, naciera un deseo incontenible por el hermoso toro blanco.

Para poder consumar su deseo, Pasifae pidió ayuda a Dédalo, quien construyó una vaca de madera recubierta con piel auténtica para que la reina se metiera dentro. De esta unión, nació el Minotauro, un ser mitad hombre mitad toro, sumamente violento y cuya dieta consistía en carne humana.

Minos, al ver tal aberración, decidió construir un laberinto que albergaría a la creatura, de esta manera escondería su vergüenza y protegería a su pueblo. El rey  le pidió a Dédalo, que se hiciera cargo de este proyecto. El arquitecto construyó una estructura gigantesca conformada por un gran número de pasillos que iban en distintas direcciones y que se entrecruzaban entre ellos; sólo uno de ellos conducía al centro de la estructura en  donde el Minotauro sería abandonado.

Una vez terminado el laberinto de Creta, el rey Minos estableció una costumbre que consistía en que cada 9 años, le serían ofrecidos al Minotauro 7 mujeres y 7 jóvenes que servirían para apaciguar su hambre, los cuales serían elegidos de entre los habitantes de la ciudad de Atenas.

En una ocasión, el joven Teseo, hijo de Egeo, se ofreció voluntariamente como víctima, su intención, matar al Minotauro y así liberar a su nación del rey Minos y de tan horrible tributo.

Cuando Teseo llegó a Creta, conoció a Ariadna, hija de Minos, quien se enamoró de él, por lo que le rogó al joven que se olvidara de su plan ya que enfrentarse al Minotauro lo llevaría a una muerte segura, pero Teseo la convenció de que él saldría victorioso. Ariadna, viendo que el joven no cambiaría de opinión, se dispuso a ayudarlo, por lo que pidió a Dédalo que le dijera la manera en que alguien podría salir del laberinto. El arquitecto le confesó que había construido el laberinto de tal manera que la única forma de salir fuera utilizando un ovillo de hilo, por lo que Ariadna le entregó uno a Teseo y le dijo que ella sostendría un extremo y él el otro y que por nada lo fuera a soltar ya que de esta manera, a medida que se fuera adentrando en el laberinto, el hilo le recordaría el camino.

De esta manera, cuando finalmente Teseo llegó al centro del laberinto y se enfrentó con el Minotauro, logró salir una vez que hubo derrotado a la bestia gracias al ovillo de hilo.


Samantha Aguilar

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