jueves, 13 de noviembre de 2014

EL ASESINO DEL ZODIACO

“Dear Editor. This is the Zodiac speaking...”

Sin lugar a dudas, la identidad del asesino del Zodiaco es uno de los más grandes misterios ya que a pesar de que la policía interrogó e investigó a más de 2.500 “sospechoso”, el caso nunca fue resuelto.

En octubre de 1966 comenzó la matanza, una serie de macabros asesinatos  al azar que aterrorizaron a la población de San Francisco y que durante años estuvo presente en la mente de todos debido a que el Zodiaco no sólo acababa con la vida de sus víctimas, sino también con la esperanza de justicia de toda una ciudad al burlarse, públicamente, de la policía  mandando mensajes cifrados, insultantes y crípticos, los cuales no han podido ser descifrados por completo.

El Zodiaco mandó varias cartas a la prensa en  donde revelaba la locura que lo motivó a cometer los asesinatos, narraba detalladamente cada uno de sus crímenes y además daba pistas para que la policía lo detuviera. En la carta que mandó el 7 de agosto de 1969, se autodenominó el  Asesino del Zodiaco.

A pesar de que él se atribuyó 37 asesinatos, antes de que esta historia llegara a su fin, la policía sólo confirmó oficialmente que este diabólico e inteligente asesino cambió la vida de 7 personas, de las cuales, sólo 2 vivieron para contar la historia…

El 20 de diciembre de 1968,  les robó la vida a sus primeras víctimas “oficiales”, David Faraway (17 años) y Betty Lou Jensen (16 años), los cuales fueron asesinados en una carretera. A David lo mató con un solo disparo en la cabeza mientras que a ella le disparó 5 veces en la espalda, mientras intentaba huir.

El viernes 4 de julio de 1969 atacó a  Michael Mageau, (19 años) y Darlene Elizabeth Ferrin (22), mientras conducían de noche por la ciudad,  un vehículo familiar se les acercó y abrió fuego. Michael sobrevivió al ataque pero Darlene no fue tan afortunada ya que murió camino al hospital.

Esa misma noche, el Zodiaco confesó por teléfono sus asesinatos:

“Quiero informar de un doble asesinato. Si recorren un kilómetro y medio en dirección este por la avenida Parkway hasta el parque público, encontrarán a dos jóvenes en un coche marrón… Han sido abatidos con una Luger de 9 milímetros. También maté yo a los chicos del año pasado. Adiós”.

El viernes 1 de agosto, apareció su primera carta en 3 periódicos: The San Francisco Examiner, San Francisco Chronicle y Vallejo Times-Herald; en donde se adjudicaba el ataque a los 4 jóvenes detallando cada uno de los crímenes, incluía una sección cifrada y firmaba con el signo que habría de caracterizarlo: el círculo tachado por la cruz. Los periódicos tuvieron que publicar la carta ya que de no hacerlo,  mataría a 12 personas al azar ese mismo fin de semana.

El 27 de septiembre, Bryan Hartnell (20 años) y Cecilia Ann Shepard (22 años) fueron atacado por un pistolero mientras disfrutaban de un picnic a orillas  del lago Berryessa, sin embargo en esta ocasión no les disparó.  Apuñaló a Bryan 5 veces y a Cecilia 14 veces… Bryan sobrevivió.

El 11 de octubre terminó con la vida del taxista Paul Stine, al dispararle con una pistola de 9mm. Éste fue su último crimen oficial, sin embargo muchas cartas y postales más fueron enviadas a la prensa (1970-1978)  firmadas por el asesino del zodiaco.

”Querido Editor: Zodíaco al habla. Estoy otra vez con vosotros. Dígales a todos que estoy aquí, que siempre he estado aquí. Ese cerdo citadino de Toschi es bueno, pero yo soy más inteligente y a lo mejor él se cansará y me dejará en paz. Estoy esperando una buena película sobre mí. ¿Quién hará mi papel? Ahora yo lo controlo todo. Atentamente: adivínelo.”

A pesar de que su identidad sigue siendo un misterio, se sabe que se trataba de un hombre alto y corpulento, que utilizaba anteojos y que tendría entre 20 y 30 años al momento de cometer sus crímenes. Gracias a sus cartas, podemos deducir que poseía una gran inteligencia, que le interesaba la astrología, que era sumamente ególatra y que, al igual que muchos otros asesinos seriales, disfrutaba del protagonismo y le encantaba sembrar el terror en los demás.


“Me gusta matar gente porque es más divertido que matar animales salvajes en el bosque, porque el hombre es el animal salvaje más peligroso. Matar me produce el mayor placer de todos y lo mejor de todo es que cuando yo muera renaceré en el paraíso y todos aquellos a los que he matado, serán mis esclavos.”


Samantha Aguilar

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