También conocido como nazar, es un objeto de adorno con la forma de una gota plana donde se encuentra la figura de un ojo al que se atribuyen fuerzas protectoras. Es muy utilizado como un amuleto contra el mal de ojo y las malas energías.
Suele ser un amuleto fabricado a mano y para el que se usan cristales de diferentes colores aunque, generalmente es de color azul. Está formado por diferentes círculos que contienen tonalidades azules que van del oscuro al claro hasta llegar al blanco que encontramos en el centro.
Su nombre original, proveniente del idioma turco, es nazar boncuğu, que significa “abalorio del mal de ojo”. Este objeto “protector” es muy común tanto en Turquía como en Grecia (razón por lo que se lo conozca también como ojo griego).
El uso de este amuleto se relaciona con la creencia de que una persona puede transmitir, mediante su mirada, el mal o las malas vibras. En la antigüedad se creía que las brujas hacían uso de las miradas para enfermar a las víctimas. El mal de ojo se asocia especialmente con las personas envidiosas, quienes irradian su odio hacia los demás mediante las miradas.
Si es verdad que la mayoría de los ojos turcos se presentan en tonalidades azules, existen de distintos colores dependiendo del uso que se le quiera dar:
Azul: simboliza el buen Karma, se relaciona con las buenas
energías y contra el mal de ojo.
Azul claro: ofrece una directa protección
contra el mal de ojo y simboliza la verdad y la pureza.
Rojo: está destinado a protegernos en el amor, la pasión y el
deseo. Es el color de la energía.
Amarillo: este amuleto se usa para estar
protegidos en la salud, ya que el color representa la fuerza y vitalidad.
Verde: se suele llevar para protegernos de las malas energías y
para poder desarrollarnos personalmente. Es el color de la esperanza y del
crecimiento personal.
Blanco: es el amuleto destinado a purificar las energías y a cambiar las negativas en positivas. Es el color de la bondad y de la pureza.
Samantha Aguilar
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