Ubicado en Viena, Austria este pequeño museo echa un vistazo al otro lado del mundo del arte donde prosperan famosos falsificadores y charlatanes con sus maravillosas imitaciones.
Básicamente el Museo de Falsificaciones de Arte, inaugurado en 2005, es una pequeña galería que no cuenta con ninguna obra original. La colección contiene obras de Klimt, Rembrandt y Matisse, pero que en realidad fueron creadas de la mano de algún falsificador.
El objetivo del museo consiste en celebrar el arte de la falsificación, teniendo cuidado en distinguir diferentes tipos de falsificaciones como por ejemplo: hay falsificación en el estilo de otro pintor en donde el falsificador intenta crear algo que pueda pasar como una nueva obra de un artista famoso; existe la falsificación idéntica que se crea para replicar exactamente una obra preexistente; y hay copias, que son obras idénticas creadas al menos 70 años después de la muerte del pintor original y vendidas como réplicas.
Dentro de sus paredes es posible encontrar trabajo del artista Edgar Mrugalla, quien a lo largo de su vida pintó más de 3 500 piezas, aunque ninguna de ellas fue obra original. Mrugalla fue un experto falsificador de arte, copiando las obras de Rembrandt, Picasso, Renoir y muchos otros maestros. Fue tal su habilidad que después de pasar 2 años en prisión, las autoridades lo liberaron con la finalidad de que los ayudara a identificar qué obras de arte podrían ser falsificaciones.
Dentro de su colección también destaca un conjunto de diarios falsos escritos por Konrad Kujau quien afirmaban que en habían sido escritos por Hitler; una falsificación al estilo de Christian Bernhard Rode vendida a una tienda de antigüedades; un Matisse falso identificado por primera vez como una falsificación por la hija del artista; y el "Emaús” de Vermeer que fue vendido como original al museo de arte en Rotterdam por $ 6 millones de dólares.
Samantha Aguilar
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