Probablemente han escuchado a gente decir que sus mejores ideas han surgido mientras tomaban un baño o incluso a ustedes las ha pasado que mientras se bañaban han llegado a la solución de un problema o se les ha ocurrido una idea brillante pues déjenme decirles que esto NO es casualidad.
Tanto la relajación mental como la producción de hormonas como la dopamina son fundamentales para el impulso creativo, por lo que la ducha es el escenario perfecto para ello ya que cuando nos duchamos con agua caliente, experimentamos un mayor flujo de dopamina que nos hace más creativos.
Pero además, resulta que cuando estamos bajo la ducha nuestros sentidos se apagan un poco por lo que en lugar de que estén enfocados hacia el exterior, están enfocados hacia el interior. Varios estudios de laboratorio han demostrado que justo antes de que se nos ocurra una idea, el córtex visual (zona en la parte trasera del cerebro que se encarga de procesar los estímulos que entran por la vista) se apaga ligeramente. Eso quiere decir que justo antes de tener una epifanía, nos volvemos menos conscientes de nuestro entorno, porque la atención está enfocada hacia nuestro interior.
En pocas palabras, se puede decir que la mente desconecta parcialmente permitiendo el fluir del pensamiento creativo, generalmente atrapado por un torrente de estímulos. Cabe mencionar que varios investigadores creen que la creatividad de las personas no aumenta en lugares determinados, sino que surge al liberar las preocupaciones de la vida diaria.
Samantha Aguilar
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