SÍMBOLOS
PATRIOS
El Himno
Nacional Mexicano fue escrito por el poeta Francisco
González Bocanegra y musicalizado por el compositor Jaime Nunó Roca.
Antes de
nuestro himno actual, existieron otros sin embargo no trascendieron por lo que
en 1853, el entonces presidente Antonio
López de Santa Anna convocó un concurso para la creación del Himno
Nacional, los participantes sólo tenían 20 días para entregarlo y el ganador
recibiría un pago.
"La mejor composición poética que pueda servir de letra a un canto
verdaderamente patriótico".
(Convocatoria)
Se cuenta
que el poeta Francisco González
Bocanegra, no estaba interesado en dicho concurso ya que para él la poesía
consistía en escribirle a la mujer amada, sin embargo su prometida Guadalupe González del Pino tenía un
plan. Pili encerró a Francisco en un cuarto aislado de la
casa y le dijo que no le permitiría salir hasta que no estregara una letra para
el himno. A Francisco le bastaron
tan solo 4 horas llenas de inspiración para pasarle por debajo de la puerta a
su amada un poema de 10 estrofas. ¡Quién iba a decir que sería el ganador!
No fue
hasta un año después que se seleccionó la música para tan vellos versos. Fue el
compositor catalán Jaime Nunó quien
supo acompañar a la perfección la letra con acordes musicales. El 16 de
septiembre de 1854, se estrenó oficialmente el Himno Nacional bajo la batuta de
Jaime e interpretado por la soprano Balbina Steffenone y el tenor Lorenzo Salvi.
En 1943 bajo
el decreto presidencial de Manuel Ávila Camacho,
el Himno Nacional Mexicano se hace oficial.
La
versión oficial actual del Himno Nacional Mexicano, vigente desde el 24 de febrero
de 1984, fue publicada en la Ley sobre
la Bandera, el Escudo e Himno Nacional y consiste del coro y las estrofas
I, V, VI y X de la versión original.
La
versión oficial suele cantarse sólo en concursos escolares de canto, en actos
oficiales se canta el coro y las estrofas I y IV, en cantos culturales y
deportivos suele cantarse el coro y la estrofa I. Actualmente no se canta la
versión original del himno.
Samantha Aguilar
VERSIÓN ORIGINAL
(Coro)
Mexicanos, al
grito de guerra
El acero
aprestad y el bridón,
Y retiemble en
sus centros la tierra
Al sonoro rugir
del cañón.
I
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el
arcángel divino,
que en el cielo
tu eterno destino
por el dedo de
Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡Oh
Patria querida! que el cielo
un soldado en
cada hijo te dio.
II
En sangrientos combates los viste
por tu amor
palpitando sus senos,
arrostrar la
metralla serenos,
y la muerte o la
gloria buscar.
Si el recuerdo
de antiguas hazañas,
de tus hijos
inflama la mente,
los laureles del triunfo, tu frente,
volverán inmortales a ornar.
III
Como al golpe del rayo la encina
se derrumba
hasta el hondo torrente
la discordia vencida, impotente,
a los pies del arcángel cayó.
Ya no más de tus
hijos la sangre
se derrame en contienda de hermanos;
solo encuentre el acero en tus manos
quien tu nombre sagrado insultó.
IV
Del guerrero
inmortal de Zempoala
Te defiende la espada terrible,
Y sostiene su
brazo invencible
tu sagrado
pendón tricolor.
El será del feliz mexicano
en la paz y en
la guerra el caudillo,
porque el supo sus armas de brillo
circundar en los campos de honor.
V
¡Guerra, guerra
sin tregua al que intente
de la patria
manchar los blasones!
¡guerra, guerra!
los patrios pendones
en las olas de
sangre empapad.
¡Guerra, guerra!
en el monte, en el valle,
los cañones
horrísonos truenen
y los ecos
sonoros resuenen
con las voces de
¡Unión! ¡Libertad!
VI
Antes, Patria,
que inermes tus hijos
bajo el yugo su
cuello dobleguen,
tus campiñas con
sangre se rieguen,
sobre sangre se
estampe su pie.
Y tus templos,
palacios y torres
se derrumben con
horrido estruendo,
y sus ruinas
existan diciendo:
de mil héroes la
patria aquí fue.
VII
Si a la lid contra hueste enemiga
nos convoca la
trompa guerrera,
de Iturbide la sacra bandera
¡Mexicanos!
valientes seguid.
Y a los fieros bridones les sirvan
las vencidas
enseñas de alfombra:
los laureles del
triunfo den sombra
a la frente del
bravo adalid.
VIII
Vuelva altivo a
los patrios hogares
el guerrero a
contar su victoria,
ostentando las
palmas de gloria
que supiera en
la lid conquistar.
Tornáranse sus
lauros sangrientos
en guirnaldas de
mirtos y rosas,
que el amor de
las hijas y esposas
también sabe a los bravos premiar.
IX
Y el que al golpe de ardiente metralla
de la Patria en
las aras sucumba
obtendrá en
recompensa una tumba
donde brille de
gloria la luz.
Y de Iguala la
enseña querida
a su espada
sangrienta enlazada,
de laurel
inmortal coronada,
formará de su
fosa la cruz.
X
¡Patria!
¡Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus
aras su aliento,
si el clarín con su bélico acento
los convoca a
lidiar con valor.
¡Para ti las
guirnaldas de oliva;
¡un recuerdo
para ellos de gloria!
¡un laurel para
ti de victoria;
¡un sepulcro
para ellos de honor!
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