El
también llamado polígrafo es un instrumento
de alta tecnología que registrar las variables fisiológicas (presión arterial,
ritmo cardíaco, frecuencia respiratoria y sudoración) de un individuo que es
estimulado a base de preguntas.
Antes
de comenzar el interrogatorio, le colocan al individuo un brazalete que mide su presión sanguínea, un neumógrafo en el abdomen que mide su respiración y un galvanómetro que mide la electricidad
de la piel cuando el sujeto suda. La alteración de estas reacciones
fisiológicas, pueden indicar que la persona está mintiendo.
Esta
máquina es conocida por su capacidad de detectar las mentiras sin embargo, no
cuenta con ningún tipo de validación científica. Además, su uso no es exacto ya
que la ansiedad puede causar "falsos
positivos" y expertos aseguran que generalmente, acierta en un 70% de
los casos y en ocasiones no identifica las mentiras; razón por la cual su uso
no es válido en los procesos judiciales.
Fue
en 1923 cuando se creó el primer polígrafo tradicional y en 1998 una empresa
israelita desarrollo uno capaz de analizar la voz del sujeto y aunque las ondas de voz tampoco son determinantes,
hoy en día este tipo de detector de mentiras está reemplazando al polígrafo clásico.
También
existen polígrafos que registran las ondas
cerebrales, las cuales varían cuando mentimos, con un porcentaje de precisión
entre 94-100%.
Aunque
aún no existe ningún tipo de máquina capaz de desenmascarar las mentiras, es
importante mencionar que es el lenguaje no verbal la clave fundamental ya que
después de todo, es muy difícil controlar las reacciones de nuestro cuerpo ante
determinadas situaciones.
Samantha Aguilar
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