Probablemente,
has escuchado la historia referente al hecho de que el cuerpo de Walt Disney se
encuentra congelado con la finalidad de preservarlo hasta que la ciencia avance
y entonces poder despertarlo… Si bien se trata de una leyenda urbana, la criónica sí existe.
Erróneamente
conocida como criogenia, se trata de
una práctica que consiste en conservar, mediante frío, el cuerpo o la cabeza de
las personas a quienes la medicina actual ya no puede mantener con vida.
Por
ley, la criónica sólo puede llevarse a cabo después que se produzca la muerte
legal, con la esperanza de que en el futuro los primeros estados de la muerte
clínica sean reversibles. Cabe mencionar que es importante que una vez muerta
la persona, se actúe de inmediato para evitar su deterioro.
Actualmente
existen varias empresas que ofrecen este tipo de servicio ya que se ha
demostrado que a temperaturas muy bajas, los procesos químicos y biológicos,
incluyendo los procesos de descomposición se terminan, permitiendo así la
conservación del cuerpo. El objetivo de la criónica es el de salvar vidas y
superar la enfermedad y el sufrimiento.
Debido
a que por el momento el proceso no es reversible, existe un debate ya que
muchas personas opinan que se trata de una especie de servicio fúnebre o incluso
un tipo de fraude que sólo sirve para que, por un lado albergar esperanza de
una vida futura y por el otro, enriquecer a las empresas.
El
pago mínimo al Instituto de Criónica
es 28.000 dólares, a los que hay que
añadir el precio para supervisar el momento de la muerte y después preparar el
cuerpo para su envío a EE.UU. El precio mínimo de Alcor es de 80.000 dólares
(solo por la cabeza) o 200.000 dólares
(por todo el cuerpo). Y el precio de KrioRus
(Moscú) ofrece sus servicios por 12.000
dólares.
Samantha Aguilar
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