Sin lugar a dudas, el uniforme de la realeza británica forma parte de la cultura londinense y es que son tan populares como las cabinas telefónicas rojas, los autobuses de dos plantas y el mismísimo Big Ben; y aunque el uniforme de los guardias de la Reina Isabel II no fueron diseñado para ser estético, después de 200 años siguen estando presentes.
El uniforme fue ideado como un instrumento de batalla contra los enemigos durante el siglo XIX, razón por la cual los guardias utilizaban sombreros altos y llamativos para parecer más altos e intimidar a los ejércitos rivales. Debido a que resultaba muy cara la elaboración de este tipo de prendas, su uso se limitó a las tropas de guardia, a las bandas o a ceremonias.
A estos sombreros se les conoce como Bearskin (piel de oso) ya que efectivamente, están elaborados con piel de osos negros canadienses. Desde 1888 existe polémica por el uso de la piel de oso en esta prenda, al principio por la escasez de esta piel que incrementaba el presupuesto militar y en la actualidad por cuestiones de protección animal y tratamiento ético de los animales.
Aunque a lo largo de la historias varios ejércitos han utilizado este tipo de sombrero (Bélgica, Tailandia, Holanda, Canadá, Francia, Italia, España) actualmente los más reconocidos son los que lleva la Guardia Real Británica, con una altura estándar de 45,72 cm y un peso de 560 gr.
Samantha Aguilar
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