Como es bien sabido, cada mundial cuenta con su propio balón oficial, como olvidar el Azteca de México 1986 o el Jabulani de Sudáfrica 2010; cada uno de ellos ha contado con diseños y características especiales, para Qatar 2022 se desarrolló el Al Rihla. Su nombre significa “El viaje” en árabe, inspirándose en la cultura, la arquitectura, las embarcaciones y la bandera de Qatar.
De acuerdo con la FIFA, el Al Rihla tiene un sistema de suspensión que incluye un sensor de movimiento de la unidad que envía datos 500 veces por segundo. Eso quiere decir que este balón es capaz de generar una visión sin precedentes y súper precisa sobre el movimiento de la pelota.
Los datos que manda el sensor detectan toques pocos claros que mejoran la calidad y velocidad de la toma de decisiones en el VAR para la tecnología de fuera de juego e incluso para saber si el balón salió por total de la cancha o si entró en la portería.
El microchip del balón pesa solamente 14 gramos y está dotado de 2 sensores diferentes, el UWB, que recoge datos posicionales del esférico y el IMU, que registra sus movimientos en 3 dimensiones. Pero además si el balón sale, la actualización de la nueva pelota es automática, sin necesidad de intervención humana.
Qatar 2022 es la primera ocasión en la que los balones de la marca Adidas incorporan un microchip que combina diferentes tecnologías de traqueo para ayudar al VAR y recoger distintas métricas. Incluso el sensor, localizado en el centro de la pelota, permite también recoger los datos sensoriales y acústicos del cuero.
Para llegar a este punto, sus desarrolladores KINEXON tuvieron que experimentar con este balón durante 6 años antes de obtener la aprobación de la FIFA.
Samantha Aguilar
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