¿Alguna vez has escuchado del color gris con luz propia? Resulta que se trata del nombre oficial para el color que ves cuando tienes los ojos cerrados, también conocido como Eigengrau o Brain Grey.
Es un poco más claro que el negro debido a que el párpado es solo una membrana delgada que permite el paso de un poco de luz. Aunque los párpados pueden estar cerrados, la pupila no se cierra (de hecho, se abre más cuando se cierran los ojos) y, por lo tanto, se sigue recibiendo información.
El término alemán Eigengrau fue creado a mediados del siglo XIX por el psicólogo alemán Gustav Theodor Fechner, para referirse a la tonalidad grisácea al que nuestro cerebro recurre automáticamente cuando no tiene nada que observar, una gama cromática autogenerada por nuestros nervios oculares
Dentro del ojo hay una proteína llamada rodopsina la cual es una molécula sensible a la luz que, cuando es estimulada por un fotón, inicia un proceso llamado transducción visual, el cual convierte la información de la luz en información eléctrica para que el cerebro la procese.
Para que la rodopsina envíe el mensaje eléctrico al cerebro, se produce un proceso llamado isomerización el cual puede ocurrir de forma espontánea cuando esto sucede, se crea el gris con luz propia.
Samantha Aguilar
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