Ondear una bandera blanca, sin colores ni símbolos representativos, es un sinónimo de paz que se ha utilizado durante cientos de años en prácticamente todos los puntos del planeta.
A nivel internacional izar una bandera blanca es reconocido como un símbolo de rendición, paz o alto al fuego. Fue precisamente en las reglamentaciones de las Conferencias de Paz de La Haya (1899 y 1907) en donde se prohibía oficialmente abrir fuego contra personas que alzaran una bandera blanca; el incumplimiento de estas reglas supone un crimen de guerra.
Sin embargo las Conferencias de La Haya y Ginebra solamente pusieron por escrito algo que ya se venía haciendo desde épocas antiguas entonces… ¿De dónde procede la costumbre de usar una bandera blanca para rendirse?
El primer registro del que se tiene existencia, es una mención del historiador romano Tito Livio, quien cuenta que un barco cartaginés izó telas blancas y ramas de olivo como señal de rendición durante la Segunda Guerra Púnica (218 y 201 a.C.).
Durante la Edad Media (476 al 1492) era habitual que tanto los heraldos y mensajeros portaran estandartes blancos, para distinguirse así de los soldados, e incluso se marcaba con este color los cascos de los prisioneros para indicar que habían dejado de combatir. Poco a poco el empleo del blanco como símbolo de rendición se extendió por toda Europa.
Los historiadores afirman que el uso de tela blanca se debía a 2 razones:
- El color blanco es fácilmente identificable, incluso entre el caos de una batalla.
- Se trataba del tipo de tela más fácil de conseguir.
Pero además, hay que considerar que desde prácticamente siempre el blanco ha sido un color que espiritualmente hace referencia a lo bueno, a lo celestial a lo puro, a la paz… Por lo que no es de extrañar que se utilice para esta finalidad.
Samantha Aguilar
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