martes, 26 de enero de 2016

LA ISLA DE LAS MUÑECAS DE XOCHIMILCO

MITOS Y LEYENDAS DE MÉXICO



Xochimilco se caracteriza por su espléndido paisaje, especialmente la zona lacustre, destino favorito tanto de turistas locales como extranjeros. En 1987 la zona de las chinampas fue nombrada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los visitantes que arriban a la zona pronto quedan maravillados por este espléndido paisaje pero este sentimiento pronto se convierte en terror al llegar a la Isla de las Muñecas; un lugar con cientos de muñecas usadas, decapitadas y desmembradas, cuelgan para “espantar a los espantos”.

La persona que inició esta costumbre y dueño de la chinampa por 50 años fue Julián Santana Barrera quien se mudó a esta zona luego de que su antigua novia lo dejara por otro, fue así como comenzó a llevar una vida de ermitaño. Cuando iba a vender sus productos al pueblo, llamaba la atención que se detenía a recoger muñecas de la basura, las cuales pronto estuvieron adornando su propiedad.

Pasado el tiempo, surgió el rumor de que era la manera en que Julián ahuyentaba el espíritu de su hija ahogada;  sin embargo en una ocasión su sobrino Anastasio Santana, contó otra historia… Según le contó su tío, que cuando recién llegó a la isla, una joven se ahogó en las orillas y desde entonces se escuchan voces, pasos y lamentos de mujer, por lo que decidió protegerse con muñecas.

Al principio Julián no quería hablar sobre las muñecas pero después de un tiempo  comentó que esos juguetes estaban allí para ahuyentar a los malos espíritus y para que se dieran mejor sus cosechas; además, platicaba que las muñecas aparecían de repente y que ellas lo acompañaban por las noches.

Otra versión cuenta que el único morador de la isla, era visitado por el espíritu de una niña que lloraba, gritaba y se quejaba incesantemente; por lo que Julián, atemorizado, rodeó la isla con muñecas de todos los tipos y tamaños para protegerse.

A la muerte de su tío, Anastasio siguió con esta tradición por lo que actualmente se pueden contar cientos de muñecas las cuales, según algunos visitantes, cobran vida.


Samantha Aguilar

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