jueves, 10 de diciembre de 2020

AVE FÉNIX

 


Se trata de una criatura mitológica, que tanto en la antigua Grecia así como la egipcia, era considerado un semidiós y es un ave con plumas envueltas en fuego que representa la inmortalidad. Existe la creencia de que fue el único animal del Edén que resistió la tentación por lo que se convirtió en un ser eterno:

Se dice que en el Edén, debajo del Árbol del Bien y del Mal, floreció un arbusto de rosas. Allí, junto a la primera rosa, nació un pájaro de bello plumaje y un canto incomparable, y cuyos principios le convirtieron en el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, cayó sobre el nido una chispa de la espada de fuego de un Querubín, provocando que el pájaro ardiera al instante; sin embargo, de las propias llamas surgió una nueva ave, el Fénix.

En Egipto se le conoce como Bennu y este simboliza al Sol, pues muere todas las noches para renacer en las mañanas; mientras tanto en la mitología griega se le conoce con el nombre de Phoenicoperus vive en llamas durante 500 años, y cuando se encuentra culminando su periodo de vida se consume totalmente, generando las cenizas de las cuales vuelve a la vida.

Su cronología vital varía con la adaptación del mito, así cada 100, 500, 540 e incluso 1461 ó 12994 años, esta ave construye una pira funeraria en su propio nido, la rellena de inciensos y plantas aromáticas y al tiempo que entona la más bella de todas sus canciones, se prende a sí mismo hasta extinguirse. Aunque este ser mitológico ha sido retratado en diversas culturas, simboliza prácticamente lo mismo: la inmortalidad y la resurrección.

Por su parte el psiquiatra Carl Gustav Jung explicó en su libro “Símbolos de transformación” (1952) que el ser humano y el ave Fénix tienen muchas similitudes ya que así como esta criatura de fuego es capaz de elevarse desde las cenizas de su propia destrucción, el hombre tiene esa capacidad inigualable para renovarse en seres mucho más fuertes, valientes y luminosos, el poder de la resiliencia.

Samantha Aguilar

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