POGO, EL PAYASO ASESINO

John Wayne Gacy, mejor conocido como el payaso Pogo, es uno de los asesinos seriales más siniestros en la historia de los Estados Unidos. Entre 1972 y 1978, violó y asesinó a 33 jóvenes a quienes enterró en diferentes lugares de su propia casa.

Gacy creció en un ambiente familiar poco adecuado, sufría violencia psicológica y física por parte de su padre, quien lo golpeaba en público con un cinturón de cuero al tiempo que le gritaba “mujercita”, “estúpido” y “niño de mamá”; pero además un hombre cercano a la familia lo violó a la edad de 9 años.

Al cumplir 20 años, su padre lo echó de su casa y le entregó un pasaje de autobús con destino a Las Vegas. Allí trabajó en una funeraria durante 3 meses, en los que se obsesionó con observar los cadáveres que tenía que cuidar, pero además se percató de que los chicos jóvenes lo excitaban.

Al regresar a  Chicago, ingresó a estudiar negocios en Northwestern. Tras graduarse, consiguió varios trabajos y se casó con una colega con quien tuvo 2 hijos, pero lo más importante es que por fin  obtuvo la aprobación de su padre.

Usando su poder como jefe del negocio de su suegro y como líder de la United States Junior Chamber, invitaba a adolescentes que trabajaban con él a su casa, en donde los alcoholizaba para luego seducirlos.

En 1967 agredió sexualmente a Donald Voorhees, un joven de15 años, y aunque fue condenado a 10 años de prisión, tan solo 16 meses después, se le otorgó libertad condicional debido a su buen comportamiento.

Wayne se mudó a Norwood Park, Illinois, en donde se volvió a casar y se convirtió en un ciudadano modelo. Se unió a los “Jolly Joker“ un grupo de hombres quienes vestidos de payaso reunían fondos para diferentes necesidades. Fue así como surgió el Payaso Pogo.

Su primer víctima fue Timothy McCoy, un chico de 15 años quien hacia autostop y a quien Gary recogió y le ofreció hospedarlo por esa noche en su casa. Al despertar, vio al joven parado al lado de su cama con un cuchillo, por lo que rápidamente se levantó y peleó con él, hasta matarlo con el mismo. Cuando bajó a la cocina, se dio cuenta que el joven sólo estaba preparando el desayuno para ambos. Al momento de su aprensión declaró que aunque lo había matado “por error”, en ese momento se dio cuenta de que matar era algo que lo emocionaba mucho.

Fue así como con el paso de los meses fue encontrando más víctimas a las que engañaba para llevar a su casa, las sometía, amarraba, torturaba, violaba y finalmente mataba por estrangulamiento.

El 6 de febrero de 1980 comenzó su juicio, durante el cual, Gacy se declaró inocente, alegando problemas mentales. Sin embargo, después de varios estudios realizados  su testimonio fue rechazado. Tras varios años de juicios, fue sentenciado a pena de muerte y en 1994 fue ejecutado por inyección letal.

“Matarme no hará regresar a ninguna de las víctimas. ¡El Estado me está asesinando! ¡Nunca sabrán dónde están los otros!"

(Últimas palabras de Pogo)

 Samantha Aguilar