Hay colores que valen auténticas fortunas, el púrpura no era un simple color en la Roma del siglo I; de hecho los romanos lo utilizaban como símbolo de la autoridad imperial y el estatus.
El primer registro histórico del púrpura de Tiro se encuentra en los textos de Ugarit y las fuentes hititas, que indican que la confección del tinte empezó en el siglo XIV a.C. en el Mediterráneo oriental.
El púrpura de Tiro no solamente era excesivamente caro sino que el adjetivo que mejor lo describe sería “exclusivo". El pigmento se usaba para colorar los mantos de los emperadores y reyes más poderosos, hasta el punto de que se conocía como "púrpura real" o "tinte imperial". Con el paso del tiempo comenzaron a usarlo también las autoridades eclesiásticas más prestigiosas.
Pero por qué era tan caro este pigmento… Resulta que se trata de un tinte sumamente complicado de lograr, se extraía del molusco murex; pero además su sorprendente gama de colores del púrpura al rojo y su resistencia a decolorarse hizo que la ropa teñida con este color, fuera muy deseada y cara.
El tinte se extraía de las glándulas de miles de moluscos putrefactos aplastados, que se dejaban secar al sol. El líquido resultante se usaba para teñir la fibra textil con distintas variaciones de color que iban desde el rosa hasta el violeta. Por lo general, las fibras se teñían antes de tejer la ropa y sólo en raras ocasiones se hacía en prendas ya terminadas. La tela de mayor calidad se conocía como dibafa, que quiere decir que se había "sumergido dos veces" en el tinte púrpura.
Según el historiador B. Caseau, "10.000 moluscos producían 1 gramo de tinte, y con eso sólo daba para teñir el dobladillo de una prenda de un color oscuro". Fue así como el púrpura de Tiro se convirtió en un símbolo de estatus que denotaba poder, prestigio y riqueza.
Actualmente se conserva un edicto imperial que data del 301 d.C. en el que se asegura que el pigmento valía 3 veces su peso en oro. La compañía biotecnológica Conagen precisa que por 450 g llegaba a pagarse el equivalente a 66.000 dólares.
Samantha Aguilar
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