De origen austriaco, Hans no
pasó a la historia por el largo de su barba sino por el hecho de haber
fallecido por pisársela.
La barba de Hans medía 1’5 m por
lo que acostumbraba recogerla en el
bolsillo superior de su chaqueta para tener mayor movilidad sin
embargo, un trágico día lo olvidó y esto lo llevó a su muerte.
El 28 de septiembre de
1567, ocurrió un terrible incendio en
la ciudad de Braunau, Austria por lo que los habitantes fueron a buscar a Hans
quien era “Capitán de la ciudad”,
lo que conllevaba el dirigir la
defensa de la ciudad ante cualquier peligro por lo que en este
caso, era el encargado de dirigir las tareas de extinción del fuego.
Ese fatídico día, Hans olvidó enrollar su barba y
guardarla en su bolsillo por lo que al bajar las escalera tropezó con ella y cayó golpeándose la cabeza; fue
tan fuerte el golpe que a las pocas
horas falleció.
A su muerte, la familia le cortó la barba para guardarla como reliquia, actualmente se
encuentra exhibida en el Bezirksmuseums
de Braunau am Inn.
Samantha Aguilar
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