miércoles, 10 de febrero de 2016

AÑO BISIESTO


Cada 4 años, se añade un día más al mes de febrero con la finalidad de equilibrar el año solar con el cronológico debido a que la Tierra tarda 365 días 5 horas y 56 minutos en darle la vuelta al Sol.

En el año 46 A.C., Julio César estableció el calendario juliano elaborado por el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría, que incorporaba los primeros años bisiestos de la historia. Este calendario estaba basado en el calendario egipcio y a diferencia del anterior, éste toma como inicio del año el 1 de enero en lugar del 1 de marzo; el día extra se agregó al mes de febrero por dos razones: por ser el más corto y porque para ese entonces, éste era el último mes del año.

En 1582, el papa Gregorio XIII instituyó el calendario gregoriano, el cual era parecido al juliano, pero éste le añadió algo más a los años bisiestos: los años que marcan los siglos sólo son bisiestos si son divisibles por 400. Por lo tanto, los años 1700, 1800 y 1900 no fueron bisiestos y el 2000 sí lo fue. Con este calendario aún queda un pequeño error, el cual será de 3 días cada 10.000 años. Este calendario es el que se utiliza actualmente en todas las naciones cristinas.

Alrededor del año 200 D.C. un monje turco llamado Dionisio “El Pequeño”,  fue quien se dio cuenta del error en el calendario juliano y las consecuencias que traería el no corregirlo: el solsticio de verano y el de invierno estarían intercambiándose cada 500 o 600 años; es decir, que el solsticio de verano podría ocurrir en el de invierno y viceversa, también las fechas de los equinoccios cambiarían.

Sin embargo, pese a los esfuerzos para sincronizar nuestro calendario con el ciclo del Sol, actualmente el año solar es 26 segundos más corto que la duración de un año en el calendario gregoriano.


Samantha Aguilar

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