Proviene del griego antiguo “dendro” (Árbol) y “fobia” (temor), por lo que se trata de un medio irracional a los árboles así como a cada una de sus partes: raíces, hojas, ramas, etc. Con tan solo estar rodeado de árboles, la persona que sufre dendrofobia comienza a tener dificultades al respirar, sudoración excesiva, ataques de pánico, vértigo, náuseas, vómitos y palpitaciones.
En
la mayoría de los casos, las personas que padecen dendrofobia no son conscientes de tener una fobia, sin embargo
evitan ir a parques y en sus casas no hay ningún tipo de planta. A pesar de que
no es una fobia demasiado conocida, sí es muy común.
Samantha Aguilar
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