En esta era moderna, cada vez es más común leer en algún aparato eléctrico, llámalo computadora, celular o Tablet; la lectura digital requiere de la interacción del lector con la pantalla, dicha interacción será distinta dependiendo tanto del dispositivo como por el software que se use para la lectura.
Si es verdad que la lectura digital nos permite tener más fácil acceso a nuestros libros en cualquier lugar en donde estemos, el proceso de leer es distinto a cuando lo haces en papel.
La velocidad de lectura se calcula por el número de palabras leídas por minuto. Esta velocidad está determinada por una serie de factores, incluyendo el nivel de experiencia de quien lee y su concentración, así como la dificultad relativa del texto. En 2010 la consultora Nielsen Norman Group descubrió un tercer factor: el dispositivo u objeto donde están escritas las palabras. Según un estudio realizado por el científico Jakob Nielsen, las personas leen en promedio, un 10% más despacio si leen desde una pantalla, en comparación con un libro de papel.
Los dispositivos electrónicos también tienen un impacto negativo sobre nuestros ojos, ya que parpadeamos menos cuando los utilizamos. Mientras que en la vida cotidiana las personas normalmente parpadeamos unas 20 veces por minuto, frente a una pantalla lo hacemos en promedio, apenas 7 veces por minuto. Lo que ocasiona que nuestros ojos se resequen.
El texto digital no motiva una lectura meditada como sí lo hace la lectura tradicional, sino que es una lectura rápida; además la lectura digital exige un conocimiento de las nuevas tecnologías y un desarrollo de diversas formas de lectura, así como la búsqueda de información.
Si es verdad que la lectura en digital trae consigo muchos beneficios como la posibilidad de adquirir un libro a cualquier hora del día, los siete días de la semana y trescientos sesenta y cinco días al año o la ventaja de aumentar el tamaño del texto, nada se compara al olor de un libro nuevo.
Samantha Aguilar
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