lunes, 25 de agosto de 2025

SOPLAR LAS VELAS DEL PASTEL: Origen

Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que todos (al menos una vez en la vida) hemos soplado las velas de nuestro pastel de cumpleaños pero… ¿Alguna vez te has preguntado cómo se originó esta tradición tan difundida?

Comúnmente se dice que la tradición de las velas comenzó en la antigua Grecia, pero la realidad es que no existe ningún registro histórico directo de que se colocaran velas en “pasteles” para honrar a los dioses; sin embargo, se sabe que los griegos sí creían que las velas tenían un vínculo directo con los dioses por lo que acostumbraban a encenderlas en los templos como ofrendas. Además, algunos relatos sugieren que los griegos solían encender velas en los cumpleaños de los dioses y pedir deseos mientras las soplaban.

En la antigua Roma las celebraciones de cumpleaños eran eventos significativos, especialmente para las clases altas. Se creía que las velas tenían un poder protector por lo que eran encendidas en los cumpleaños para asegurar la protección de los dioses; además, se creía que soplarlas simbolizaba la repulsión del mal.

Con la llegada del cristianismo, las antiguas prácticas y costumbres comenzaron a mezclarse con las creencias cristianas y fue así que la tradición de encender velas en los cumpleaños se fusionó con la celebración de los santos patronos. Festividad que aprovechó la Iglesia Católica para crear la idea de las “velas de los santos” como una forma de honrar y pedir la protección de un santo en particular en el día de su festividad. Aunque cabe mencionar que en un inicio el cristianismo rechazó la celebración de cumpleaños por considerar que exaltaba a la persona.

Pero fue hasta la Edad Media (que inicia con la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C. y concluye hacia 1492 con el descubrimiento de América) cuando la costumbre de hornear pasteles comenzó a ganar popularidad; los cuales, además, a menudo eran  adornados con velas para honrar al cumpleañero y pedir deseos mientras se soplaban. Esta práctica gradualmente evolucionó hacia lo que hoy conocemos…

Samantha Aguilar

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