También conocido como “fuego romano” por los árabes y “fuego bizantino” por los otomanos, fue utilizado para defender
Constantinopla del ataque musulmán pero… ¿Qué lo hace tan especial?
Se trata de un tipo de fuego que se
caracteriza por ser “inapagable” ya que la única manera de apagarlo era
asfixiándolo por lo que era muy destructivo e incluso ardía en el agua; por si
fuera poco, hay que tener en cuenta que la sustancia resultaba tóxica para quienes la respiraban. Durante
los siglos VII y XIII fue la táctica militar utilizada por los bizantinos para
defenderse de sus agresores, y resultó ser muy exitosa.
Su invención se le atribuye a un ingeniero
militar llamado Callínico sin embargo, se cree que se basó en los
trabajos del alquimista, astrónomo e inventor griego Esteban de Alejandría.
La razón por la que no es tan conocido es
porque sus creadores se llevaron el secreto de su elaboración a la tumba. Actualmente
se cree que la mezcla incluía nafta, bencina (éter de petróleo), azufre y
probablemente amoníaco, también se han propuesto otras sustancias como la cal
viva o el nitrato; sin embargo, se tata de uno de los secretos mejores
guardados de la historia
Seguramente después de leer esto, se hayan
dado cuenta que el mortífero fuego
valyrio de la serie Juego
de Tronos está inspirado precisamente en esta rama incendiaria.
Samantha
Aguilar
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