“No existe la libertad, sino la búsqueda de
la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres.”
(Carlos Fuentes)
Hijo de
padres mexicanos, Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en Panamá.
Durante su adolescencia regresó a México, en donde vivió hasta 1965; el
contacto con su país de origen, marcó su obra, la cual está inmersa en la
filosofía de “lo mexicano”.
Su primer
libro “Los días enmascarados” fue publicado en 1954, en él reúne seis
relatos: “Chac Mool” inspirada
en el pasado indígena, “En defensa
de la Trigolibia” sátira de la Guerra Fría, “Tlactocatzine, del jardín de Flandes”
en donde habla de ciertos fantasmas de la historia mexicana, “La letanía de la orquídea”, “Por boca de los dioses” relato
surrealista y “El que inventó la
pólvora” relato de ciencia ficción donde se crítica el consumismo.
Un año después funda junto con Emmanuel
Carballo y Octavio Paz, la
Revista Mexicana de Literatura.
Con sus
novelas “La región más transparente” (1959)
y “La muerte de Artemio Cruz” (1962)
alcanzó a ser considerado como una de las grades figuras del “boom” de la
novela latinoamericana. La colección de sus obras fue llamada, por él mismo,
como La Edad del Tiempo.
En 1977
recibió el Premio Rómulo Gallegos el cual es otorgado por el gobierno
venezolano y premia las mejore novelas en castellano, en 1987 el Premio
Cervantes otorgado anualmente por el Ministerio de Cultura de España, en 1994
el Premio Príncipe de Asturias de las Letras el cual es otorgado a la persona o
institución cuya labor creadora o de investigación represente una contribución
relevante a la cultura universal en los campos de la Literatura o de la
Lingüística y en 2009 la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica la cual
tiene la finalidad de “premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de
ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la Nación y muy especialmente en
aquellos servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los
territorios americanos y ultramarinos”. En agosto de 2001 fue nombrado miembro
honorario de la Academia Mexicana de la Lengua.
"Una de las figuras que más me aterrorizó
fue la de Carlos Fuentes; aquel hombre no parecía un escritor, sino una máquina
computadora; tenía una respuesta exacta y al parecer lúcida para cualquier
problema o pregunta que se le planteara; lo único que había que hacer era
apretar un botón.”
(Reinaldo Arenas)
Samantha Aguilar
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