MITOS Y LEYENDAS DE MÉXICO
Esta
leyenda se lleva acabo en el Cerro de Mariana, que está ubicado al sur del
estado de Michoacán entre los pequeños pueblos de Nocupétaro y Carácuaro.
Existen 3
versiones de ésta ya que en la antigüedad, las leyendas sólo se transmitían de
manera oral. Actualmente hay un libro (con el mismo nombre) que incluye las
tres versiones:
1.- En
el Valle de Nocupétaro habitó, hace mucho tiempo atrás, en alguna época muy
lejana, el rey de los Chichimecas y Nahuatlacas, llamado Campincherán, quien
vivía en una edificación gigantesca y rica ubicada en medio del valle. Este
señor tenían un carácter de los mil demonios, además de unos celos exagerados
por su única hija llamada Marili, de quien cuenta la historia era muy bella y
que su hermosura se acentuaba por su preciosa y larga cabellera que le cubría
hasta sus tobillos.
Un
día el rey se encontraba próximo a asistir a una reunión con los mexicas y los
señores aztecas, y tenía miedo de dejar sola a su hija mientras él estuviera
ausente, pero tampoco podía llevarla consigo por miedo a que alguno de sus
colegas pudiera enamorarla, lo cual sería su peor pesadilla debido a que no
encontraba a nadie digno para su hija. Gracias a esto y no teniendo otra
opción, fue en busca de su amigo el Satán (demonio menor), para que le ayudara
como ya lo había hecho en otras ocasiones.
Satán
no se pudo negar a la petición de cuidar y proteger a Marili mientras el rey
asistía a la reunión con los mexicas y los aztecas. El rey se fue confiado y
tranquilo dejando sus pertenencias en manos del diabólico espíritu, entre ellas
su joven y hermosa hija, quien se comprometió a cuidar tanto a la princesa como
las pertenencias del rey sin haber pedido permiso a sus superiores para
hacerlo. Al retirarse el rey, la hermosa princesa pidió al demonio Satán que se
casara con ella diciéndole: “Por los celos de mi padre nunca he conocido a
ningún novio, ni siquiera un amigo. Ahora que él no se encuentra yo me siento
enamoradísima y te ruego les pidas a tus superiores te dejen casar conmigo”.
Al
escuchar tal petición, el joven diablo corrió a poner piedras y lodo encima de
las pertenencias que el rey le había encargado, con la finalidad de
protegerlas, luego recostó a la princesa
encima de aquella pequeña montaña y le pidió que no se fuera a mover de allí y
esperara su regreso. Cuando el diablo llegó con su superior, lo único que
recibió a cambio fue una paliza ya que jamás permitiría que un diablo tuviera
un suegro tan celoso como lo era Campincherán, por lo que lo encerró y lo dejó
bajo custodia para evitar que cometiera esa locura, razón por la cual nunca
regresó al lado de su princesa.
Las
piedras y el lodo que puso encima se convirtieron en lo que hoy es el Cerro de
Mariana, quien sigue recostada esperando a su único amor para casarse,
convertida en la verde naturaleza que muestra el cerro. En cuanto al padre, se
cuenta que se volvió loco, convirtiéndose en un fuerte ventarrón que rodea el
cerro en busca de su hija perdida.
2.- El mayor tesoro del rico español Antonio X era
su hija adolescente, que contaba con una angelical hermosura y cuyo nombre era
Mariana, quien se enamoró de un apuesto indio.
Por
desgracia de la joven, don Antonio no permitiría que se casara pues estaría
perdiendo su mayor tesoro, por lo que un 2 de mayo subió al cerro en donde se
encontró al diablo y con un grito desesperado aseguró: “¡Primero muerta
Mariana, y todos los que me rodean, que ella de hombre alguno…!”.
Al
día siguiente (3 de mayo), durante la Fiesta de la Santa Cruz, el novio de
Mariana le regaló una pequeña cruz fabricada con el oro de sus antepasados como
símbolo de la unión de una raza heroica con otra raza de talento y nobleza sin
igual. En ese instante se produjo un cataclismo espantoso; el cerro se
desgajaba en grandes porciones de tierra, una atmósfera de fuego invadió el
ambiente matando a muchas personas. De esta menara, el diablo cumplió la
petición del celoso padre… Se cuenta que sólo algunos de los habitantes
salieron con vida y fueron ellos quienes transmitieron, de generación en
generación, la noticia de este suceso tan raro y formidable.
Hasta
hoy en día, se pueden ver los restos de la finca en la meseta del Cerro de San
Antonio, que también lleva el nombre de Mariana, y se cuenta que cada 3 de
mayo, en la fiesta de la Santa Cruz, se aparece una joven hermosísima entonando
una triste canción y besando una pequeña cruz de oro que cuelga de su pecho.
3.-
Parecida a la segunda versión pero el final es distinto. Se cuenta y se asegura
que después de aquel cataclismo Mariana regresa cada 3 de mayo para enamorar a
algún ingenuo y joven lugareño, quien cae rendido ante la hermosura de la
princesa y cumple un sinfín de peticiones por parte de ella para conseguir su
amor, pero se dice que una vez que concluyó los favores solicitados por la
joven, la ve convertida en serpiente que busca ingresar a la tumba donde fue
enterrada Mariana en el momento de su muerte.
Samantha Aguilar
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