Esta diminuta medusa, tan sólo mide 1.5 cm, habita las aguas de
Australia y aunque su veneno es muy potente, lo que la hace realmente peligrosa
es su tamaño ya que resulta prácticamente imposible verla en el agua, por lo
que es considerado uno de los animales más peligrosos que habitan los océanos.
Su picadura es tan dolora que se compara que se compara a los dolores
de un parto; puede provocar parálisis, hemorragia cerebral, una sensación de
muerte inminente y la muerte ya que su veneno es 100 veces superior al de una cobra y mil veces más potente que el de
la tarántula; ante tal concentración de veneno, no existe ningún tipo de
antídoto conocido.
Los efectos comienzan a sentirse 30 minutos de producirse la picadura
y pueden llegar a sentirse hasta semanas después.
Samantha Aguilar
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