Mucho se habla del narcisismo, trastorno de personalidad que se caracteriza por tener un aire de superioridad irrazonable y necesitar constantemente la admiración excesiva de los demás, pero muy poco se sabe de la otra cara de la moneda: el ecoísmo.
El ecoísmo se caracteriza por el temor a ser rechazados por priorizar las propias necesidades, lo que origina un desapego de ellas y el sentirse poco merecedor de atención, cumplidos, amor o felicidad.
Las personas que sufren de esta característica de personalidad se centran en satisfacer las necesidades de los demás para evitar considerar las propias; además que son incapaces de expresar sus propios deseos y pensamientos por miedo a que esto pueda generarles sentimientos de vergüenza o pérdida del amor.
Este rasgo de personalidad puede llegar a confundirse con la humildad, sin embargo puede llevar al servilismo y a reprimir la expresión de pensamientos y deseos. Existen dos tipos: el defensivo, que surge como una estrategia de supervivencia y el destructivo, que tiene que ver con hacerse cargo de los deseos narcisos de otras personas.
Entre las características de las personas ecoístas se encuentran: temor a sentirse especiales, baja autoestima, reprimir sus necesidades al punto de presentar dificultades para saber lo que quieren, suelen atraer y sentirse atraídos por personas narcisistas, son muy sensibles a las críticas y a la humillación y les cuesta reconocer sus propios logros
Es importante recordar que el sentirnos un poco especiales es considerado una “autoestima normal” y nos ayuda a mantener nuestros sueños, persistir frente al fracaso e incluso a vivir por más tiempo.
Samantha Aguilar
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