jueves, 8 de febrero de 2024

MAR DE ARAL: la desaparición de la cuarta mayor masa de agua interior del mundo

La desecación del Mar de Aral, ubicado entre Uzbekistán y Kazajstán, está considerada como uno de los desastres ecológicos más infames llevados a cabo por el ser humano ya que como han confirmado diferentes testimonios, se llevó a cabo de forma consciente y premeditada.

Todo comenzó en la década de los 60’s, cuando las autoridades de la antigua Unión Soviética diseñaron y desarrollaron un plan para convertir los territorios desérticos de Asia Central en el mayor centro algodonero del mundo sin embargo, debido a que el clima árido de la región no facilitaba el cultivo de la planta, los altos mandos pusieron en marcha un proyecto para regar los campos con las aguas de los ríos Amu Daria y Sir Daria, los 2 ríos que abastecían al Mar de Aral.

El plan salió como se había esperado y durante décadas la Unión Soviética lideró la producción mundial de algodón, aunque a un precio muy alto: dejar sin agua el gigantesco lago y condenarlo a la desaparición.

En 1960 este mar ocupaba una superficie de 68,000 km², siendo la cuarta mayor masa de agua interior del mundo. A principios de la década de los 80’s, los ingenieros se dieron cuenta de que el agua que llegaba al Mar de Aral era tan sólo un 10% del caudal de 1960 pero ya era demasiado tarde, gran parte de su superficie se había secado y el resto se encontraba en un acelerado proceso de desaparición. Para 2007 el mar se había partido en dos, con una superficie cada una de unos 3.500 km².

Las primeras víctimas de esta catástrofe medioambiental fue el propio ecosistema y la próspera comunidad pesquera que vivía de él; pero además  también el clima cambió. Al desaparecer el Mar de Aral, las precipitaciones disminuyeron provocando que las temperaturas se hicieran cada vez más extremas; pero además las consecuencias para la salud fueron nefastas: enfermedades como el cáncer linfático, de hígado y de garganta, la anemia, la bronquitis crónica, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, la hepatitis y el asma se dispararon.  Actualmente la zona es conocida como Pequeño Aral.

Samantha Aguilar

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