“Ha
ocurrido un accidente en la central de energía de Chernóbil y uno de los
reactores resultó dañado. Están tomándose medidas para eliminar las
consecuencias del accidente. Se está asistiendo a las personas afectadas. Se ha
designado una comisión del gobierno.”
(Mijaíl Gorbachov)
En la madrugada del 26 de abril
de 1986, ocurrió uno de los peores desastres nucleares… En una provincia
de Ucrania, ubicada a unos 100 kilómetros al norte de Kiev, el reactor número 4
de la central nuclear de Chernóbil fue el causante de uno de los mayores
accidentes nucleares jamás vistos en la historia, 500 veces más potente que la
bomba de Hiroshima (1945).
El reactor comenzó a generar, de
manera incontrolable, una gran cantidad de vapor ocasionando que su núcleo quedara fuera de control al superar por 100
veces los máximos admitidos. Debido a la sobrepresión, estallaron los conductos
de alimentación y la coraza de grafito que protegía el núcleo provocando un
incendio y expulsando al exterior 8 toneladas de combustible radiactivo; los
cuales cabe mencionar, tienen un periodo
de desintegración promedio de 30 años.
En el momento del accidente
los contadores de Geiger, que miden
la radiación de ionización, registraron aproximadamente 80 mil microroentgens,
lo que significa que estuvo unas 16 mil veces por encima del límite de
seguridad.
A pesar de los grandes riesgos, fue necesario
apagar el incendio y neutralizar el núcleo del reactor; para esta heroica
tarea, fue enviado un grupo de especialistas. Se dice que al menos 30 de ellos
murieron debido a los altos niveles de radiación a la que estuvieron expuestos.
Durante los siguientes meses más de 600 mil
personas trabajaron en la construcción de un sarcófago de concreto para sellar
las fugas y reducir así la contaminación radioactiva.
Mientras esto ocurría, se
decidió evacuar la ciudad de Prípyat
y a todos aquellos que vivieran en un radio de 10 km alrededor de la planta.
Sin embargo esto no fue suficiente por lo que 6 días después del accidente de
decidió aumentar la evacuación a 36 km pero para entonces ya era demasiado
tarde, ya había más de mil afectados con lesiones agudas producidas por la
radiación.
Este terrible accidente
afectó un área de casi 5 millones de habitantes, además contaminó el 23% de la
superficie de Bielorrusia y algunas regiones de Alemania, Polonia, República
Checa, Rusia y Ucrania. Varios informes afirman que debido a este accidente, cientos
de miles personas han muerto de cáncer.
Después de la catástrofe, un
área de 4 km cuadrados de pinos cercanos al reactor adquirieron un color marrón
dorado y murieron, fue así como esta zona fue nombrada “Bosque Rojo”.
Además, está comprobado que algunos animales en las zonas más afectadas también
murieron o dejaron de reproducirse a causa de esto.
Varios científicos aseguran que
los efectos secundarios de esta tragedia, seguirán viéndose por 100 años más
aunque su severidad irá disminuyendo con el paso del tiempo. Sin embargo, a
pesar de los grandes riegos, mucha gente ha decidido volver a sus casas pese a
saber que su regreso equivale a una muerte segura.
“La humanidad nunca ha experimentado una desgracia de tal magnitud, con
secuelas tan graves y tan difíciles de eliminar”.
(Boris Yeltsin)
Samantha
Aguilar
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