A través de la historia, el azul ha ejercido un poder simbólico y visual excepcional; además que se trata de uno de los colores más populares y entre los distintos tonos que existen está el azul maya el cual es considerado el pigmento con mayor fijación de todo el mundo.
El azul maya es un pigmento único de color azul turquesa o celeste brillante, resistente y tecnológicamente avanzado que se caracteriza por su durabilidad y resistencia a la decoloración y la humedad; de hecho es tan natural, poderoso y puro, que nunca se desvanece.
Fue el color imperial y era sumamente importante para los sacerdotes en los rituales; se utilizaba principalmente como protagonista en el ritual para invocar al señor de la lluvia (Chaak) donde se arrojaban a un cenote cuerpos humanos teñidos de color para una buena cosecha. Además, consideraban que el pigmento purificaba el alma, por lo que era muy usado en las víctimas de sacrificio durante diversos rituales y para decorar los altares.
Se trata de un pigmento azul sintetizado por los mayas, el cual ha constituido un rompecabezas para los científicos durante décadas ya que no saben cómo explicar su brillo y su extrema estabilidad. Este pigmento 100% natural, está compuesto por arcilla palygorskita y la planta añil.
Su estabilidad sin precedentes desafía la exposición a alcaloides, a biodegradación como la humedad, luz, ácidos, e incluso disolventes químicos modernos o corrosión. Múltiples murales, códices y arte maya han sobrevivido casi un milenio para demostrarlo
Cabe mencionar que el uso y la elaboración del azul maya se perdieron después de la Conquista; y fue hasta el siglo XX que por medio de tecnología, se fue redescubriendo su composición.
Samantha Aguilar
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