Actualmente vivimos en una era digital que ha abarcado prácticamente todas las esferas de nuestra vida, incluso nuestras relaciones interpersonales, precisamente en ésta han surgido nuevos términos que describen las dinámicas que, en su mayoría y por desgracia, suelen ser muy dolorosas para quien las vive. Un ejemplo de esto es el “orbiting”.
Proviene del término “orbitar” en inglés y se refiere a cuando una persona sigue manteniendo el contacto de manera intermitente y superficial después de haber terminado una relación o haber dejado de mostrar interés romántico; por ejemplo: seguir a tu ex pareja en redes sociales, reaccionar a sus publicaciones, ve sus historias e incluso envía mensajes esporádicos; pero siempre evitando cualquier tipo de conversación profunda o plan para reencontrarse en persona.
En el blog “The Man Repeller”, Anna Lovine describe a los “orbitiers” como aquellas personas que desaparecen de nuestra vida pero sin abandonarla del todo, nos orbitan como lo hace la Tierra con el Sol: dando vueltas alrededor nuestro, pero sin llegar a tocarnos.
Si bien el término “orbiting” ha cobrado relevancia en la era digital por el uso de las redes sociales, este tipo de prácticas son comunes a los seres humanos. Una forma de llamar a este tipo de práctica en México es “mantener la vela encendida”.
En pocas palabras, se podría decir que se trata de un fenómeno en el que una persona deja de interactuar con otra en el mundo real, pero se mantiene conectada a través de las redes sociales, creando pequeñas esperanzas de que la relación vuelva.
Samantha Aguilar
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