El
día de hoy esta peculiar tradición valenciana, más específicamente del pequeño
pueblo de Buñol, está celebrando su 70 aniversario. La Tomatina, nombre como se le conoce a la batalla de jitomates más
grande del mundo, se ha vuelto tan popular alrededor del mundo que incluso ha
llegado a forma parte del vocabulario habitual de las personas.
Se
celebra el último miércoles del mes de agosto de cada año en Buñol, una pequeña
población que no llega a los 10 mil habitantes pero que sin duda, se ha puesto
en boca de todos gracias a su peculiar baño rojo que reúne a miles de personas
de distintas nacionalidades.
Nadie
sabe a ciencia cierta cómo fue que se inició esta tradición e incluso existen
varias teorías sobre el tema, pero de lo que sí podemos estar seguros es de que
La Tomatina coincide con la fiesta
del Santo Patrón de la ciudad que se celebra durante toda una semana y en la
que tienen lugar diferentes actividades, las cuales culminan precisamente con
esta batalla de tomates.
Aproximadamente
a las 11:00 muchos camiones transportan una generosa cantidad de tomates a la Plaza
del Pueblo, técnicamente la batalla no comienza hasta que un alma valiente logra
subir a la cima de un poste de madera engrasado de 2 pisos de altura y baje el tan
codiciado jamón que se encuentra en la cima; sin embargo, debido a que no es
tan fácil de lograr esta hazaña, la mayoría de las veces la fiesta inicia sin
este objetivo cumplido. La señal oficial para el comienzo de la lucha es el disparo
de cañones de agua, la batalla dura aproximadamente una hora, ya que en este
punto no hay más tomates que se puedan lanzar.
Su
éxito y fama ha provocado que varias ciudad alrededor del mundo, hayan decidido
copiar la idea; sin embargo no lo han logrado llevar al nivel de Buñol, después
de todo, ya lo dicen los buñolenses “Tomatina, solo hay una”.
Samantha Aguilar
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